El devenir de los
pueblos a través de los siglos, da origen a una serie de acontecimientos relativos al hombre y a la sociedad humana cuya narración constituye lo que conocemos por
Historia. Ahora bien, no siempre estas narraciones se corresponden con la realidad objetiva de los hechos, los cuales, con el transcurso del tiempo, pueden verse sustancialmente alterados por falta de
información veraz o por la intervención de actores interesados en su deformación. Por todo ello la propia Historia y, singularmente, su interpretación puede y debe ponerse en tela de juicio siempre que no esté avalada, de forma indiscutible, por informes o documentos sobre cuyo origen y autenticidad no quepa ninguna duda ni controversia.
Imbuidos de este espíritu, los investigadores que suscriben vienen publicando una serie de libros y trabajos sobre la Historia de
Villa del Río apoyados siempre en documentación auténtica y contrastable, que citan en cada caso para su eventual comprobación por las personas interesadas en la materia. De ahí que nos sorprenda el que, con bastante frecuencia, se sigan publicando noticias o datos que, sin tener en cuenta nuestros trabajos, contienen errores u omisiones incomprensibles.
Por ello no podemos dejar de formular nuestra queja en relación con los paneles informativos que se han instalado en algunos puntos de interés
artístico o cultural de nuestro
pueblo, por su manifiesta carencia de rigor histórico, así como por no haberse incluido lugares tan emblemáticos como el antiguo
Ayuntamiento, construido en 1777 con planos de Ventura Rodríguez, o el
Palacio de Blanco Hermoso, edificado en 1817, entre otros posibles.
A modo de repaso rápido de estos errores u omisiones señalamos:
Hay crónicas que cuentan que el Guadalquivir aparece como principal causante de destrucción y desolación de este municipio, como es el caso de la crecida del 1821, cuando las
aguas subieron tres varas sobre su nivel ordinario y se extendieron más de un cuarto de legua, produciendo grandes destrozos y pérdidas. Los restos de la Edad de Bronce encontrados en los alrededores del pueblo, así como los restos ibéricos dan testimonio de la temprana ocupación de esta zona. El hallazgo de
cerámica griega da idea de la pujanza comercial de este pueblo que comerciaba en las costas mediterráneas. Por otra parte, los pueblos ibero
romanos asentados aquí han perdurado hasta muy avanzada la época
romana, debido a la riqueza de las tierras bañadas por el Guadalquivir y su proximidad a la
Vía Augusta. En este lugar estuvo situada la ciudad romana de Ripa. Su fortaleza fue conquistada a los árabes por Fernando III en 1260 y desde entonces perteneció al Concejo de
Córdoba, hasta su emancipación en el siglo XVII. El cambio de nombre de Aldea del Río a Villa del Río se operó gracias a Felipe IV, que convierte la aldea en villa, perdurando así el nuevo nombre hasta nuestros días. Desde finales del siglo XVIII hasta principios del XIX la población experimenta un auge importante debido principalmente a la explotación del
olivar, los cereales y la industria de la seda.
VILLA DEL RIO: v. con ayunt. en la prov. y dióc de Córdoba (8 leg.), part. jud. de
Montoro (4), aud. terr. y c. g. de
Sevilla (22): SIT. a la márg. izq. del Guadalquivir y al pie de las colinas de
San Cristóbal, Morrión y los Relaños, de 400 varas de elevación; reinan por lo regular los vientos del NE. y SO.; el CLIMA es templado y propenso a fiebres intermitentes. Tiene 553
CASAS, entre ellas la consistorial y la cárcel, formando 20
calles y una
plaza; hay 2
escuelas de primeras letras, a las que concurren de 90 a 100 alumnos, estando dotado el maestro de la titular con 2,200 rs. anuales, otra para niñas con la dotación de 1,100 rs., concurrida por unas 35 discípulas; igl parr. (Ntra. Sra. de la Concepción) servida por un cura párroco y un teniente coadjutor; 2
ermitas, una dentro de la pobl. y otra fuera, Jesús Nazareno aquella, y esta Ntra. Sra. de la Estrella; un
cementerio en paraje ventilado, y una
fuente también extramuros llamada de Lanzarino, de cuyas aguas se surte el vecindario. Confina el TÉRM. N. Montoro; E.
Lopera; S.
Bujalance, y O. el mismo Montoro: comprende 3 cortijos titulados de Huechar, la Veguilla y Carniceras. El TERRENO es fuerte por la parte del S. y de inferior calidad y arenisco por la del N.: le baña el mencionado r. Guadalquivir, que se cruza con una
barca cerca de la v. Los
CAMINOS son de herradura, de pueblo a pueblo, atravesando también por medio de la pobl. la
carretera real de
Madrid a Sevilla; la CORRESPONDENCIA se recibe de la adm. de Bailen, PROD.: aceite, toda clase de cereales y algunas
hortalizas; cría
ganado caballar,
vacuno y de cerda;
caza de conejos y perdices, y
pesca de barbos, anguilas y otros peces, IND.: la agrícola, fabricación de paños burdos y alguna lencería, 46
molinos aceiteros, uno harinero, un batan y 3 tejares.
COMERCIO: extracción de aceite y cereales, paños, mantas y capotes de
monte, e importación de algún ganado cabrío y lanar, POBL.: 842 vec., 3,368 alm. CONTR.: 420,477 rs. 43 mrs. RIQUEZA IMP.: (V. el art. part. jud.). El PRESUPUESTO MUNICIPAL asciende a 43,500 rs., que se cubren con el fondo de propios y arbitrios.
* Diccionario geográfico – estadístico - histórico de
España y sus posesiones de Ultramar. Pascual Madoz, 1847.