Tiene sus orígenes a finales del siglo XV, pero coincidiendo con la obtención del Título de Villa en 1553 y verse la falta de espacio para acoger a los feligreses, se reedificó la primitiva
iglesia a mediados del siglo XVI.
El aumento del número de habitantes, por un lado, y por otro el mal estado en que se encontraba este primitivo templo, fueron causas para reedificar la iglesia parroquial que se hallaba arruinada a mediados del Siglo XVIII. De manera que, en 1743, se amplió la iglesia por pies y cabecera, manteniéndose únicamente del primitivo templo las
portadas laterales.
La factura de la iglesia es el granito, materia abundante en la zona, que aparece en sillares formando los muros del
edificio, pero también como elemento
ornamental.
La
torre se empezó a construir en 1777 y se dio por terminada la obra con el cuerpo de
campanas en 1783. Alcanza una altura de 35 metros.