HOLA Teresa ¿no estaras hibernando? bueno como has pasado el temporal, nosotros con el agua hasta el bigote, esperabamos que este fin de semana estuviera bueno pero hacia bastante frio y aire, teniamos previsto comernos unas Migas Tostas con su correspondient chorizo, panceta, costilla y morcilla asada en la candela. Tambien se frien pimirntos secos, Iremos este fin de semana unas amigas y yo a un olivar que tiene mi familia a treinta Km de Villanueva y de paso cogeremos aceitunas de verdeo para comerlas (MACHACAS) Y ALIÑADAS. Ya ves si te quieres apuntar estas a tiempo, un saludo.
Aquí, en Estepona, llovió, pero no tanto como en Málaga. Cuando anuncian borrasca por aquí, la tememos porque suele causarmuchos destrozos, pero esta vez ha sido una lluvia mansa muy beneficiosa y nos hacía mucha falta pues el invierno pasado fue bastante seco, la primavera más aún y del verano nim te cuento, ¡ni una gota!... ya me veía como hace unos años que padecimos una tremenda sequía y tuve que ir con cubos a la playa a coger agua para el wáter.
Bueno, entre Rafa y tú me estáis haciendo pasar una envidia tremenda... ¡ahora con las migas, con lo que me gustan!
Las aceitunas también me gustan así, recién cogidas, algo amargosillas, nunca he ido a cogerlas, sería una experiencia nueva.
Otra anécdota de aquellos tiempos remotos: mi hermano cogió un día el plato del botijo (¿recordais los botijos con su plato debajo para recoger el agua que rezumaban?) y se fue con él a casa de Juan Capitán, que vivía enfrente, a pedirle a su hija Carmen unas pocas de aceitunas. ¡Cuando mi madre se enteró, se moría de vergüenza!
Bueno, entre Rafa y tú me estáis haciendo pasar una envidia tremenda... ¡ahora con las migas, con lo que me gustan!
Las aceitunas también me gustan así, recién cogidas, algo amargosillas, nunca he ido a cogerlas, sería una experiencia nueva.
Otra anécdota de aquellos tiempos remotos: mi hermano cogió un día el plato del botijo (¿recordais los botijos con su plato debajo para recoger el agua que rezumaban?) y se fue con él a casa de Juan Capitán, que vivía enfrente, a pedirle a su hija Carmen unas pocas de aceitunas. ¡Cuando mi madre se enteró, se moría de vergüenza!