Me acuerdo de Manolillo
Mina, cuando venían los costeños todos los
veranos a segar y se quedaban en la
posada. Todavía no habían llegado las cosechadoras y las máquinas y el
campo se hacía todo a mano. De sol a sol, mal alimentados, estos hombres soportaban los meses de siega. Manolillo Mina debía ser de hierro. Después de segar se emborrachaba y algunas veces se dormía en las hierbas que había detrás de la
casa de la Asunción que era un
bar ¿Os acordáis de aquel
cartel grande que decía Blanco Tinto
... (ver texto completo)