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AGRON: Agrón... Un recuerdo de invierno. Mi casa estaba-...

Agrón... Un recuerdo de invierno.

Mi casa estaba- está- cerca de la carretera. Por las mañanas escuchabamos los frenos de la "alsina" como llamábamos al autobus de pasajeros que todos los días iban a la capital. Además de la alsina, pasaba una vez al mes un autobús terrible, un animal mitológico, como llama Sabina a los trenes, que se llevaba la gente al Norte. Cada vez que paraba en la puerta de la posada, una casa cerraba sus puertas para siempre, cambiaba el alboroto de las voces de niños, la música de las cucharas al chocar con el plato del mediodia, en el silencio espectral de un candado en donde las telarañas tenían futuro.
Una mañana me asomé al balcón tiritando. El autobús que robaba amigos y vecinos había parado. Yo sabía que su puerta, como una boca insaciable, devoraba a quienes se subían y ya no los devolvía más. Vi a una de mis amigas, acurrucada, pegada a la pared de la posada. Junto a ella en el suelo habian cajas de cartón, maletas y una jaula de algún pájaro que no se atrevieron a dejar. Cuando el autobús partió yo me sentí triste, como si me hubiesen robado algo.
Así es la historia de Agrón. Autobuses, aviones, coches que se van. El pueblo se está quedando vacio. En pocos años será un lugar de veraneo, un pueblo fantasma aletargado en sus largos inviernos, como un oso hibernando, esperando.
Por eso esta página puede rescatar un poco ese Agrón que se rompió por la emigración. Me gustaría que quienes se fueron recordaran historias que conservan de Agrón, recuerdos del día en que se fueron, de cómo era su vida antes. Me ayudará a llevar a cabo mi proyecto de escribir un libro sobre la historia de Agrón.