Va un excursionista, se tropieza y queda colgado al borde de un precipicio.
- ¿Hay alguien?... exclama.
- repite: ¿que hay alguien que me ayude?...
Se abren la nubes, aparece Dios, diciéndole:
- Si hijo mio, estoy yo, Dios. Suéltate al vacio y antes de estrellarte, una legión de mis angeles, te recogerán, depositándote suavemente en el suelo...-
-.... Vale... pero,.. ¿hay alguien más?...-
- ¿Hay alguien?... exclama.
- repite: ¿que hay alguien que me ayude?...
Se abren la nubes, aparece Dios, diciéndole:
- Si hijo mio, estoy yo, Dios. Suéltate al vacio y antes de estrellarte, una legión de mis angeles, te recogerán, depositándote suavemente en el suelo...-
-.... Vale... pero,.. ¿hay alguien más?...-