La invasión francesa de Albuñán (1810-1812).
En 1809 se crean en Guadix 2 batallones de voluntarios ante la inminente llegada de los soldados franceses al mando del coronel Juan Creagh de Lacy, en el que se alistan 12 jóvenes de Albuñán.
Vicente Ponce de León se encarga de la defensa de Albuñán, pero no pudo evitar que los soldados franceses del cuarto cuerpo de ejército del general Horacio Sebastiani y del coronel Corvineau entrasen en Albuñán y todo Guadix el 16/2/1810. El regimiento nº 20 de dragones de caballería ocupa Albuñán y ejecutan a 3 vecinos y a su alcalde Miguel Requena.
El general Nicolás Godinot es el nuevo gobernador de la zona y se enfrenta a los numerosos guerrilleros españoles y sacerdotes que no toleran la invasión. La partida del coronel José Miguel Villalobos y las del teniente coronel José Miguel Bernardo Márquez entran a menudo en Albuñán buscando víveres y reclutas. Lo mismo las partidas de Juan del Pino y la de Francisco Reyna.
De mayo a junio de 1811 los españoles recuperan Guadix y su comarca temporalmente, hasta que el regimiento 32 del general Pierre Benoit Soult los retoman para Francia.
El coronel Dulong y el general Godinot toman Almería y el general español Vicente Osorio escapa de Guadix derrotado.
Los franceses buscan para ahorcar a los patriotas que mataron a soldados napoleónicos y que enterraban o tiraban a los pozos para esconderlos. Se sabe que en Albuñán 6 dragones franceses desaparecieron de ese modo.
Se pagaban 400 reales por cada francés muerto y 65 por sus armas.
A principios de 1812 los franceses saquean todo lo de valor y en Albuñán roban su iglesia y a los pocos terratenientes. Saben que pronto tendrán que abandonar la zona y aprovechan. De Albuñán roban toda la plata y una cruz de oro.
En septiembre de 1812 unos 34000 soldados franceses se reunen en Guadix para escapar a Valencia no sin antes ejecutar a 7 albuñaneros más por actos de sabotaje. Se adentran en Baza y Huéscar y evitando Murcia que estaba asolada por una plaga de fiebre amarilla, parten hacia Valencia.
En ese desgobierno grupos de ladrones asaltaron Albuñán y mataron a 2 ricos del lugar. Se restablece la Milicia Provincial para labor policial.
El 22 de septiembre de 1812 ya no queda ni un francés en Guadix y su comarca, pero la ruina que dejó la guerra se agrava al imponerse a los ayuntamientos la manutención de las tropas acantonadas en cada pueblo del general San Juan y del coronel Santiago Val, en prevención de que los franceses regresasen. Esas tropas vivían de lujo a costa de Albuñan y otros pueblos hasta 1814 que son disueltas.
De 1813 a 1814 son enjuiciados 40 colaboradores afrancesados y uno de ellos albuñanero. Son perdonados.
Muy cerca de Albuñán, junto a la balsa vieja, soldados españoles del general Freire se enfrentaron a soldados franceses del 16 regimiento y murieron 52 de ambos bandos. Los cuerpos de los franceses fueron sepultados allí mismo y ahí siguen porque nunca fueron reclamados. También se sabe que 2 coraceros fueron ahorcados sin juicio por exaltados albuñaneros.
Hay noticias de que en 1977 un agricultor arando descubrió 3 botones oxidados que resultaron ser de una casaca francesa, probablemente de uno de los fallecidos en esa batalla.
La entronización de Fernando VII empeoró las cosas y paradójicamente Albuñán hubo de sufrir en 1823 una nueva invasión francesa, la de los 100000 hijos de San Luís que iban camino de Cádiz para liberar de su prisión al monarca, aunque esta vez fué pacífica y solo una demostración de fuerza.
En 1809 se crean en Guadix 2 batallones de voluntarios ante la inminente llegada de los soldados franceses al mando del coronel Juan Creagh de Lacy, en el que se alistan 12 jóvenes de Albuñán.
Vicente Ponce de León se encarga de la defensa de Albuñán, pero no pudo evitar que los soldados franceses del cuarto cuerpo de ejército del general Horacio Sebastiani y del coronel Corvineau entrasen en Albuñán y todo Guadix el 16/2/1810. El regimiento nº 20 de dragones de caballería ocupa Albuñán y ejecutan a 3 vecinos y a su alcalde Miguel Requena.
El general Nicolás Godinot es el nuevo gobernador de la zona y se enfrenta a los numerosos guerrilleros españoles y sacerdotes que no toleran la invasión. La partida del coronel José Miguel Villalobos y las del teniente coronel José Miguel Bernardo Márquez entran a menudo en Albuñán buscando víveres y reclutas. Lo mismo las partidas de Juan del Pino y la de Francisco Reyna.
De mayo a junio de 1811 los españoles recuperan Guadix y su comarca temporalmente, hasta que el regimiento 32 del general Pierre Benoit Soult los retoman para Francia.
El coronel Dulong y el general Godinot toman Almería y el general español Vicente Osorio escapa de Guadix derrotado.
Los franceses buscan para ahorcar a los patriotas que mataron a soldados napoleónicos y que enterraban o tiraban a los pozos para esconderlos. Se sabe que en Albuñán 6 dragones franceses desaparecieron de ese modo.
Se pagaban 400 reales por cada francés muerto y 65 por sus armas.
A principios de 1812 los franceses saquean todo lo de valor y en Albuñán roban su iglesia y a los pocos terratenientes. Saben que pronto tendrán que abandonar la zona y aprovechan. De Albuñán roban toda la plata y una cruz de oro.
En septiembre de 1812 unos 34000 soldados franceses se reunen en Guadix para escapar a Valencia no sin antes ejecutar a 7 albuñaneros más por actos de sabotaje. Se adentran en Baza y Huéscar y evitando Murcia que estaba asolada por una plaga de fiebre amarilla, parten hacia Valencia.
En ese desgobierno grupos de ladrones asaltaron Albuñán y mataron a 2 ricos del lugar. Se restablece la Milicia Provincial para labor policial.
El 22 de septiembre de 1812 ya no queda ni un francés en Guadix y su comarca, pero la ruina que dejó la guerra se agrava al imponerse a los ayuntamientos la manutención de las tropas acantonadas en cada pueblo del general San Juan y del coronel Santiago Val, en prevención de que los franceses regresasen. Esas tropas vivían de lujo a costa de Albuñan y otros pueblos hasta 1814 que son disueltas.
De 1813 a 1814 son enjuiciados 40 colaboradores afrancesados y uno de ellos albuñanero. Son perdonados.
Muy cerca de Albuñán, junto a la balsa vieja, soldados españoles del general Freire se enfrentaron a soldados franceses del 16 regimiento y murieron 52 de ambos bandos. Los cuerpos de los franceses fueron sepultados allí mismo y ahí siguen porque nunca fueron reclamados. También se sabe que 2 coraceros fueron ahorcados sin juicio por exaltados albuñaneros.
Hay noticias de que en 1977 un agricultor arando descubrió 3 botones oxidados que resultaron ser de una casaca francesa, probablemente de uno de los fallecidos en esa batalla.
La entronización de Fernando VII empeoró las cosas y paradójicamente Albuñán hubo de sufrir en 1823 una nueva invasión francesa, la de los 100000 hijos de San Luís que iban camino de Cádiz para liberar de su prisión al monarca, aunque esta vez fué pacífica y solo una demostración de fuerza.