Los poderosos y ricos moriscos de Albuñán.
Hubo en el pueblo de 1570 a 1727 potentados terratenientes tan influyentes, que sus nombres han
transcendido pero de los que hoy se sabe poco.
Todos eran asiduos de los baños y mezquita que hubo en el pueblo y pagaban buenos impuestos a las
monjas del convento de Santiago de Guadix y a los Benavides.
García el Coaydan/Coayllán y su hermano Rafael Coaydan.
Juan Marsucal.
Diego Dafior el Dafil.
Alejandro el Rucayl.
Nicolás el Arbí.
Benito Chamorro.
Pascual López Xeribí.
Pedro Alnax.
Diego Mexuar.
Como vemos todos con nombre castellano por real edicto de 1574 que prohibió sus nombres mahometanos.
Entre 1570 y 1609 fueron obligados a largarse de España aunque alguno retornó y fue echado de nuevo.
Se escaparon algunos de los más poderosos que se casaron con cristianas y lograron cartas de pureza
de sangre, como Francisco Salido, tan rico que arrendó todo el pueblo de Albuñán a los Trujillos de
1719 a 1721, pero delatado fue expulsado en 1722 y sus bienes todos enajenados y embargados.
Algunos se escondieron en cuevas-columbario y sólo salían de noche. Excavadas en mitad de un cerro sin acceso
desde abajo y a las que se entraba con una escalerilla de cuerdas que tiraban hasta el suelo. Tenían ali-
mentos y agua almacenados y palomas para subsistir. La leyenda de "la cueva de la Encantada" de Albuñán
se basó en una de estas cuevas-refugio, donde vivió un rico morisco y sus 2 hermosas hijas gemelas.
En la rambla del refugio forestal del tío Perico, cercana al pueblo, queda una de estas cuevas y en su
interior en las paredes hay escritura cúfica y coránica y columbarios para las palomas.
Muchos usaron la dispensa coránica de la Taqiyya que les permite en casos de persecución religiosa disimular
ritos cristianos y comer cerdo, con lo que se dificultó el localizarlos.
De todos modos eran peor tolerados los judíos porque amasaban fortunas con la seda, con la venta de esclavos
y las finanzas, muchas veces arruinando a los cristianos con sus préstamos abusivos. En 1366 hubo una cruel
matanza de ellos en Granada y se les culpó dela plaga de la peste.
Estas expulsiones arruinaron las alquerías o pueblos del Cenete ya que aunque se repoblaron con colonos,
muchas quedaron abandonadas para siempre como el Ciguene, el Salabin, Tus, Aute y otras cerca de Albuñán.
El mismo Albuñán quedó abandonado y fue anexado a Cogollos, hasta que se repobló y recuperó su independencia.
Albuñán llegó a tener 80 casas de moriscos antes de su expulsión y 2 molinos y un horno de pan.
Los cristianos que lo repoblaron en su mayoría eran de Cuenca, Jaén y Toledo y encima del solar de la vieja
mezquita levantaron la actual iglesia, una de las más antiguas del Sened. Derribaron los baños de los
infieles e hicieron una cárcel contigua y una ermita hoy desaparecidas, igual que la fuente de 3 caños que
alli hubo con una placa dedicada al rey Carlos II fechada en 1681.
Hubo en el pueblo de 1570 a 1727 potentados terratenientes tan influyentes, que sus nombres han
transcendido pero de los que hoy se sabe poco.
Todos eran asiduos de los baños y mezquita que hubo en el pueblo y pagaban buenos impuestos a las
monjas del convento de Santiago de Guadix y a los Benavides.
García el Coaydan/Coayllán y su hermano Rafael Coaydan.
Juan Marsucal.
Diego Dafior el Dafil.
Alejandro el Rucayl.
Nicolás el Arbí.
Benito Chamorro.
Pascual López Xeribí.
Pedro Alnax.
Diego Mexuar.
Como vemos todos con nombre castellano por real edicto de 1574 que prohibió sus nombres mahometanos.
Entre 1570 y 1609 fueron obligados a largarse de España aunque alguno retornó y fue echado de nuevo.
Se escaparon algunos de los más poderosos que se casaron con cristianas y lograron cartas de pureza
de sangre, como Francisco Salido, tan rico que arrendó todo el pueblo de Albuñán a los Trujillos de
1719 a 1721, pero delatado fue expulsado en 1722 y sus bienes todos enajenados y embargados.
Algunos se escondieron en cuevas-columbario y sólo salían de noche. Excavadas en mitad de un cerro sin acceso
desde abajo y a las que se entraba con una escalerilla de cuerdas que tiraban hasta el suelo. Tenían ali-
mentos y agua almacenados y palomas para subsistir. La leyenda de "la cueva de la Encantada" de Albuñán
se basó en una de estas cuevas-refugio, donde vivió un rico morisco y sus 2 hermosas hijas gemelas.
En la rambla del refugio forestal del tío Perico, cercana al pueblo, queda una de estas cuevas y en su
interior en las paredes hay escritura cúfica y coránica y columbarios para las palomas.
Muchos usaron la dispensa coránica de la Taqiyya que les permite en casos de persecución religiosa disimular
ritos cristianos y comer cerdo, con lo que se dificultó el localizarlos.
De todos modos eran peor tolerados los judíos porque amasaban fortunas con la seda, con la venta de esclavos
y las finanzas, muchas veces arruinando a los cristianos con sus préstamos abusivos. En 1366 hubo una cruel
matanza de ellos en Granada y se les culpó dela plaga de la peste.
Estas expulsiones arruinaron las alquerías o pueblos del Cenete ya que aunque se repoblaron con colonos,
muchas quedaron abandonadas para siempre como el Ciguene, el Salabin, Tus, Aute y otras cerca de Albuñán.
El mismo Albuñán quedó abandonado y fue anexado a Cogollos, hasta que se repobló y recuperó su independencia.
Albuñán llegó a tener 80 casas de moriscos antes de su expulsión y 2 molinos y un horno de pan.
Los cristianos que lo repoblaron en su mayoría eran de Cuenca, Jaén y Toledo y encima del solar de la vieja
mezquita levantaron la actual iglesia, una de las más antiguas del Sened. Derribaron los baños de los
infieles e hicieron una cárcel contigua y una ermita hoy desaparecidas, igual que la fuente de 3 caños que
alli hubo con una placa dedicada al rey Carlos II fechada en 1681.