Ibrahim al-Guerví, el moro santo o loco de Guadix.
Fanático religioso de origen tunecino, que vivía en una cueva de Graena, pero visitaba con frecuencia Guadix.
Hizo de caudillo militar y de pirata levantino en su juventud. Ahora anciano hace de santón y curandero, de derviche.
Entre 1421 y 1427 se rebela en Almería frente al rey Muhammad IX "el zurdo". El sultán marcha a detenerlo, pero el pueblo de almería le cierra las puertas porque apreciaban al anciano. Eso, unido a que en 1425 el sultán devaluó la moneda para poder pagar a los cristianos, hizo que la rebelión se extendiera a Granada y Málaga en el 1427, año que el sultán abdica a favor de Muhammad VIII, mientras escapa a Túnez, aunque regresará a Almería en el 1429, siendo reconocido como rey almeriense.
Se enfrenta a Muhammad VIII en Guadix en el año 1430 y vence al sitiado rey de la Alcazaba de Guadix. Así "el zurdo", recupera el reino de Granada desde 1430 a 1431, hasta que se lo quita Yusuf IV. Pero ya había encerrado y asesinado a Muhammad VIII en Salobreña.
Más tarde durante el asedio de la ciudad de Málaga, el moro santo de Guadix Reaparece en escena.
Hammet el Zegrí (antiguo alcaide de Ronda) y su capitán Abrahem Zenete, son los únicos defensores de Málaga frente a los cristianos. El Zagal y Boabdil no acudieron en su ayuda.
El loco morabito tunecino, deja su cueva-balneario de Graena, donde curaba enfermedades y rezaba, para arengar a los de Guadix en defensa heróica de los hermanos de Málaga. A pesar de su avanzada edad, el santón que es muy alto y atlético, se impone, pese a su cobriza tez tunecina.
Exalta y agrupa a 500 de los mejores jinetes de Guadix y parte de noche camino de Málaga. Sorprende a la retaguardia cristiana y los ataca, pero al final es reducido y apresado por el marqués de Cádiz..
Solicita ver al rey y lo llevan a su tienda, donde estaba Álvaro de Portugal y su esposa la marquesa de Moya. Confunde a este con el rey y saca un alfanje escondido y los ataca a ambos. En el desmán logra escapar, reunir a sus jinetes y entrar triunfante en las murallas de el castillo de Gibralfaro de Málaga que le dan cobijo.
La misma reina Isabel dirige el asedio y hace galerías bajo las murallas para dinamitarlas con pólvora.
El santón de Guadix se aloja en la torre más alta con sus cartas y pergaminos cabalísticos. Hamet lo visita como a sabio alfaquí, para saber si es momento ya de batalla, y le contesta que no. Coloca una gran bandera blanca en la ventana de la torre y le dice a Hamet, que cuando esa bandera desaparezca de esa ventana y el salga con ella al frente de las tropas, será el momento.
Lareina manda un embajador para pedir la rendición pacífica de los moros, y estos descubren que dicho embajador es el antiguo alcaide moro Albocén Connexa, al que Hamet mató a su hermano. Hamet lo lanza desde una catapulta a los cristianos como respuesta, lo socorren pero muere.
A la mañana siguiente el santón de Guadix sale a caballo con la bandera blanca y sus jinetes accitanos, Hamet y el pueblo de Málaga lo aclaman y lo siguen. Abrahem Zenete y sus guerreros gomeles junto al santón atacan a los acampados cristianos, haciendo escabechina entre ellos, pero al final su superioridad hace que algunos moros desistan, aunque cuando eso pasa el santón y su bandera los atemorizan y regresan a la batalla. Los capitanes cristianos se dan cuenta del poder maligno del derviche e intentan matarlo, pero los moros lo protegen.
Al final un diestro hondero cristiano mata de una pedrada al santón y los moros toman su ensangrentado cadáver y escapan sin orden a la ciudadela, a pesar de los esfuerzos de Hamet.
El pueblo lo ve como un símbolo de fracaso y se rebelan contra Hamet, abriendo las puertas a los reyes católicos. Al final Hamet capitula junto a lo que queda de su tropa y son esclavizados. Sólo el capitán Ibrahim Zenete logra beneficios de los cristianos por su heroicidad.
Queda descrita la poco conocida historia del santón-soldado de Guadix y su sueño de poderío islámico, para vergüenza de los reyes de Guadix y Granada, que abandonaron a su correligionario Ibrahim Hammet en Málaga.
Fanático religioso de origen tunecino, que vivía en una cueva de Graena, pero visitaba con frecuencia Guadix.
Hizo de caudillo militar y de pirata levantino en su juventud. Ahora anciano hace de santón y curandero, de derviche.
Entre 1421 y 1427 se rebela en Almería frente al rey Muhammad IX "el zurdo". El sultán marcha a detenerlo, pero el pueblo de almería le cierra las puertas porque apreciaban al anciano. Eso, unido a que en 1425 el sultán devaluó la moneda para poder pagar a los cristianos, hizo que la rebelión se extendiera a Granada y Málaga en el 1427, año que el sultán abdica a favor de Muhammad VIII, mientras escapa a Túnez, aunque regresará a Almería en el 1429, siendo reconocido como rey almeriense.
Se enfrenta a Muhammad VIII en Guadix en el año 1430 y vence al sitiado rey de la Alcazaba de Guadix. Así "el zurdo", recupera el reino de Granada desde 1430 a 1431, hasta que se lo quita Yusuf IV. Pero ya había encerrado y asesinado a Muhammad VIII en Salobreña.
Más tarde durante el asedio de la ciudad de Málaga, el moro santo de Guadix Reaparece en escena.
Hammet el Zegrí (antiguo alcaide de Ronda) y su capitán Abrahem Zenete, son los únicos defensores de Málaga frente a los cristianos. El Zagal y Boabdil no acudieron en su ayuda.
El loco morabito tunecino, deja su cueva-balneario de Graena, donde curaba enfermedades y rezaba, para arengar a los de Guadix en defensa heróica de los hermanos de Málaga. A pesar de su avanzada edad, el santón que es muy alto y atlético, se impone, pese a su cobriza tez tunecina.
Exalta y agrupa a 500 de los mejores jinetes de Guadix y parte de noche camino de Málaga. Sorprende a la retaguardia cristiana y los ataca, pero al final es reducido y apresado por el marqués de Cádiz..
Solicita ver al rey y lo llevan a su tienda, donde estaba Álvaro de Portugal y su esposa la marquesa de Moya. Confunde a este con el rey y saca un alfanje escondido y los ataca a ambos. En el desmán logra escapar, reunir a sus jinetes y entrar triunfante en las murallas de el castillo de Gibralfaro de Málaga que le dan cobijo.
La misma reina Isabel dirige el asedio y hace galerías bajo las murallas para dinamitarlas con pólvora.
El santón de Guadix se aloja en la torre más alta con sus cartas y pergaminos cabalísticos. Hamet lo visita como a sabio alfaquí, para saber si es momento ya de batalla, y le contesta que no. Coloca una gran bandera blanca en la ventana de la torre y le dice a Hamet, que cuando esa bandera desaparezca de esa ventana y el salga con ella al frente de las tropas, será el momento.
Lareina manda un embajador para pedir la rendición pacífica de los moros, y estos descubren que dicho embajador es el antiguo alcaide moro Albocén Connexa, al que Hamet mató a su hermano. Hamet lo lanza desde una catapulta a los cristianos como respuesta, lo socorren pero muere.
A la mañana siguiente el santón de Guadix sale a caballo con la bandera blanca y sus jinetes accitanos, Hamet y el pueblo de Málaga lo aclaman y lo siguen. Abrahem Zenete y sus guerreros gomeles junto al santón atacan a los acampados cristianos, haciendo escabechina entre ellos, pero al final su superioridad hace que algunos moros desistan, aunque cuando eso pasa el santón y su bandera los atemorizan y regresan a la batalla. Los capitanes cristianos se dan cuenta del poder maligno del derviche e intentan matarlo, pero los moros lo protegen.
Al final un diestro hondero cristiano mata de una pedrada al santón y los moros toman su ensangrentado cadáver y escapan sin orden a la ciudadela, a pesar de los esfuerzos de Hamet.
El pueblo lo ve como un símbolo de fracaso y se rebelan contra Hamet, abriendo las puertas a los reyes católicos. Al final Hamet capitula junto a lo que queda de su tropa y son esclavizados. Sólo el capitán Ibrahim Zenete logra beneficios de los cristianos por su heroicidad.
Queda descrita la poco conocida historia del santón-soldado de Guadix y su sueño de poderío islámico, para vergüenza de los reyes de Guadix y Granada, que abandonaron a su correligionario Ibrahim Hammet en Málaga.