En marzo de 1958, dos hermanos que araban sus tierras con un mulo en "el Pago de la Corriente", toparon con una gran vasija de cerámica que rompieron. Dentro había otra vasija de menor tamaño de plata ennegrecida o pátera, de 21 cms de diámetro y 16 kgs de peso.
Al vaciar su contenido, vieron perplejos muchas monedas de plata, joyas y otras piezas que no podían identificar.
Uno de los hermanos se fué al cuartel de la Benemérita a denunciar el descubrimiento, mientras el otro vigilaba el hallazgo (algunos dicen que escondió muchas piezas para su probecho).
Se recuperaron 83 denarios republicanos romanos que abarcaban los años 133-104 AC, 2 pulseras de plata maziza y pendientes de oro.
La moneda más reciente pertenecía al magistrado monetal Caius Coilius Caldus, por lo que es muy aproximado decir que lo ocultaron entre finales del siglo II antes de Cristo, y principios del siglo I antes de Cristo. Es decir 2.150 años de antiguedad.
Es muy posible que perteneciese a un íbero local del poblado de Alrután, enriquecido con la minería, que lo escondía del saqueo romano frecuente en el siglo II AC. Seguramente falleció en una de las muchas guerras entre los indígenas hispanos y los soldados de Roma.
Oculto quedó entre lajas de pizarra de la Sierra hasta que el arado lo sacó a la luz. Actualmente se guarda en el museo arqueológico de Granada.
Hoy se baraja como fecha probable de su ocultación los años 113-94 AC, siendo su dueño un rico Túrdulo o Bastetano.
Depósitos parecidos se encontraron en Jaén y Ciudad Real.
Al vaciar su contenido, vieron perplejos muchas monedas de plata, joyas y otras piezas que no podían identificar.
Uno de los hermanos se fué al cuartel de la Benemérita a denunciar el descubrimiento, mientras el otro vigilaba el hallazgo (algunos dicen que escondió muchas piezas para su probecho).
Se recuperaron 83 denarios republicanos romanos que abarcaban los años 133-104 AC, 2 pulseras de plata maziza y pendientes de oro.
La moneda más reciente pertenecía al magistrado monetal Caius Coilius Caldus, por lo que es muy aproximado decir que lo ocultaron entre finales del siglo II antes de Cristo, y principios del siglo I antes de Cristo. Es decir 2.150 años de antiguedad.
Es muy posible que perteneciese a un íbero local del poblado de Alrután, enriquecido con la minería, que lo escondía del saqueo romano frecuente en el siglo II AC. Seguramente falleció en una de las muchas guerras entre los indígenas hispanos y los soldados de Roma.
Oculto quedó entre lajas de pizarra de la Sierra hasta que el arado lo sacó a la luz. Actualmente se guarda en el museo arqueológico de Granada.
Hoy se baraja como fecha probable de su ocultación los años 113-94 AC, siendo su dueño un rico Túrdulo o Bastetano.
Depósitos parecidos se encontraron en Jaén y Ciudad Real.