Los fantasmas del Palacio de Villalegre de Guadix.
Palacio renacentista del siglo XVI (1592), en la Plaza De Santiago, perteneciente primero a los duques de Sesa (Juan Fernández de Córdoba), y luego a los Menchaca, para acabar finalmente en manos de los Porcel.
Durante la Guerra Civil de 1936-39 fue duramente asediado.
En tiempos recientes fue usado como pensión de vecinos, luego como conservatorio de música, y finalmente como sede de la policía local y del área de deportes.
En su etapa como hogar de vecinos había una portera, llamada Luisa, a la que se atribulle el fantasma. Aunque se habla de un segundo fantasma de una mujer alta y con moño, que se pasea y desaparece a su antojo.
Se dice que numerosos testigos de la policía y funcionarios las vieron.
Lo más extraño fue el caso de dos mujeres anónimas que entraron a las dependencias, diciendo que una mujer desde una ventana las animaba a entrar con insistencia.
Se encargaron unas misas gregorianas en Murcia para acabar con la pena de estas almas, y desde entonces no se han visto más.
El capitán de la policía dijo que era todo sugestión, pero la verdad es que hay demasiados testigos.
En una ocasión vieron a una mujer que entraba hacia el edificio y pensando que fuese una turista, le dieron el alto, pero desapareció ante los atónitos ojos de 4 personas.
Cada cual saque su conclusión.
Palacio renacentista del siglo XVI (1592), en la Plaza De Santiago, perteneciente primero a los duques de Sesa (Juan Fernández de Córdoba), y luego a los Menchaca, para acabar finalmente en manos de los Porcel.
Durante la Guerra Civil de 1936-39 fue duramente asediado.
En tiempos recientes fue usado como pensión de vecinos, luego como conservatorio de música, y finalmente como sede de la policía local y del área de deportes.
En su etapa como hogar de vecinos había una portera, llamada Luisa, a la que se atribulle el fantasma. Aunque se habla de un segundo fantasma de una mujer alta y con moño, que se pasea y desaparece a su antojo.
Se dice que numerosos testigos de la policía y funcionarios las vieron.
Lo más extraño fue el caso de dos mujeres anónimas que entraron a las dependencias, diciendo que una mujer desde una ventana las animaba a entrar con insistencia.
Se encargaron unas misas gregorianas en Murcia para acabar con la pena de estas almas, y desde entonces no se han visto más.
El capitán de la policía dijo que era todo sugestión, pero la verdad es que hay demasiados testigos.
En una ocasión vieron a una mujer que entraba hacia el edificio y pensando que fuese una turista, le dieron el alto, pero desapareció ante los atónitos ojos de 4 personas.
Cada cual saque su conclusión.