ALBUÑAN: Las invasiones de pueblos germánicos en Guadix y el...

Las invasiones de pueblos germánicos en Guadix y el Zenete (419 dc al 711 dc).
Entre los años 419 y 422 llegan a la zona los temibles Vándalos Silingos o Lugiones, Alanos y Suevos.
El saqueo y la anarquía es tan grande que los hispanorromanos piden ayuda al emperador Honorio, que solicitó al caudillo godo Walia/Valia,
actuar como auxiliar de Roma y enfrentarse a ellos.
Los Vándalos procedían de la actual Dinamarca, parte de Alemania y Polonia. Eran rubios, altos, de tez blanca. De su ocupación proviene la palabra Andalucía (Vandalia, Vandalucía), y Al-Ándalus (que en árabe significa tierra de Vándalos). Los suevos eran iguales pero más bajos.
Los pueblos germánicos tenían un dialecto común teutónico.
Los Alanos provenían de Asia y eran de piel cobriza, bajos de talle, el pelo rizado y la nariz grande y chata. Eran los más fieros de todos.
Los godos provenía de la actual Suecia y Escandinavia, y eran altos y rubios, muy fuertes, y el pueblo más instruido de los bárbaros.
En el 419 estos tres pueblos atacan Almería, Guadix, Baza, Granada y Jaén.
El godo Walia acaba con los Alanos y mata a su rey Atace, dispersando a los supervivientes a la Lusitania (Portugal). En ese mismo año de 419 dc acaba con los Vándalos Xilingos y los expulsa a Galicia, donde habitaban los Vándalos Asdingos y los Suevos. Honorio es dueño de Andalucía.
Los Silingos pelean contra los suevos en Galicia y vencen, regresando a Guadix y otras zonas de Andalucía desde el 420 al 423, invadiendo Murcia y Cartagena en el 422, y Sevilla en el 426. El general romano Asterio se enfrenta a ellos, con un ejército mixto de godos y romanos, pero es derrotado junto al gobernador de la Bética Castino en el 422.
El rey Vándalo Gunderico y su hermano Genserico son amos y dueños de la zona y roban todo lo que pillan, violan, incendian y saquean.
Gunderico había llegado desde Levante a Andalucía, y los hispanorromanos ricos, escaparon al norte de África, a las islas Baleares, o se refugiaron en montes y castillos. El ejército vándalo era enorme y contaba con 100.000 soldados.
Más tarde los Vándalos deciden embarcar en Tarifa con 85.000 soldados para tomar el norte de África y asentarse en Túnez, pero Genserico se entera de que los suevos van hacia Sevilla, y los intercepta en Mérida.
Mata a su régulo Hermigario y ahoga en el Guadiana a muchos soldados suevos. Regresa a Tarifa con dirección áfrica dejando guarniciones en Guadix y otras zonas. Toma el primitivo castillo de Guadix emplazado en el lugar de la actual Alcazaba y vigila todo el Sened.
Los suevos atacan Granada desde Galicia, y también Guadix y el Algarbe de Portugal. Sus reyes Hermenerico y Rechila se establecen así en la Bética desde el año 438 dc.
El general romano Andevoto/Andebote lucha con los suevos en el Genil pero es derrotado, y Rechila toma Sevilla y Murcia.
Mientras los Vándalos y su flota de barcos hacen de piratas en las costas granadinas.
El general romano ávito/Vito es enviado desde Rávena, con un ejército de godos y romanos, para expulsar a los suevos, en el 446 dc, pero es del todo derrotado por Rechila.
Los hispanorromanos pobres y campesinos ya no pueden tolerar más miedo y violencia y se unen armados en bandas de Bagaudas/Bagaudes federadas, que atemorizan a Roma y a los germanos. Eran crueles guerrilleros que nada tenían ya que perder.
En el año 453 los condes imperiales Mansueto y Fronto acuden a la zona para acabar con suevos y Bagaudas, pero no lo logran.
Los suevos rompen los pactos con Roma y atacan la Cartaginense, donde se establecen.
Roma avisa rauda al rey godo Teodorico II, para que capture y mate a Rechiario y que los suevos regresen a Galicia. Lo logra.
Pero el bárbaro Odoacro mientras ataca el imperio de occidente y acaba con el, quedando solamente la roma oriental o bizantina.
El rey Eurico conquista toda la España y profesa la religión de el heresiarca Arrio o arrianismo, frente a los católicos hispanorromanos.
El emperador bizantino Justiniano aprovecha la situación y junto a su general Belisario, acude a ayudar a Atanagildo frente al rey Agila I. Anteriormente este emperador, en el año 530 dc, acabó con el imperio de los Vándalos en el norte de África y tomó Ceuta.
El rey godo Teudis embarca un ejército desde Málaga y Tarifa, para sitiar Ceuta en el 531, pero es derrotado por los imperiales y asesinado.
Los imperiales toman Málaga, Córdoba, Jaén, Almería, Murcia y Granada al vencer a Agila I.
Justiniano ahora toma Tarifa, Adra y otros pueblos costeros hasta llegar a Alicante y Valencia.
En el año 548 su general Liberio vence a Agila I en Sevilla, ayudado por los godos de Atanagildo, y lo asesinan. Atanagildo ya es rey pero advierte que los imperiales le han engañado y desean quedarse.
En el 554 los bizantinos alistan soldados autóctonos, cobran impuestos y tiranizan a la población hispanorromana, que se queja a Atanagildo y este lo usa como excusa para batallar a los imperiales o mílites.
Pero será Leovigildo I, el que recupere gran parte de los pueblos perdidos entre los años 570 y 572 dc, como Baza, Guadix, Cazlona, Jaén, Granada, Archidona, Málaga y la Sierra de Ronda.
Mientras el general Liberio se refuerza con armas, víveres y tropas llegadas de Tánger y Ceuta, mientras intentaba ampliar la guerra al norte de España usando el odiado arrianismo de los godos.
Leovigildo continua su reconquista y toma Medina Sidonia y Córdoba, y llega a Galicia a pacificar a los revoltosos suevos.
En el 577 Alcaraz y Cazorla se rebelan a los godos uniéndose a los imperiales.
Leovigildo comete el error de agregar a su gobierno a sus dos hijos:
Hermenegildo como señor de Andalucía y Recaredo en el reino de Toledo.
Pero la esposa de Hermenegildo, la católica Ingunda, es rechazada en la corte arriana de Toledo por su religión, y estallan de nuevo los roces de culto en el 586 dc.
Para solucionar el tema Recaredo reúne el Concilio II de Toledo y se declara católico, forzando a su pueblo a bautizarse. A ese concilio acudieron los obispos de Baza (Teodoro), el de Guadix (Liliolo) y el de Granada/Illiberi (Estéban).
Recaredo fortaleció al clero y enriqueció a iglesias y monasterios, aumentando el número de Frailes, monjas y cenobitas de las cuevas.
Pero la Iglesia entra en vicios y placeres y para evitarlo se reúne el Concilio de Illiberis, que premia la vida pobre y contemplativa de sus monjes, los ayunos y los autocastigos corporales con latigazos y con cilicios.
Se abren nuevos monasterios donde se vigilan mucho las perversiones y se ponen rejas en los de las monjas.
El Concilio hispalense del 619 dc ratificará esa moralidad y austeridad.
Pero no dura mucho, ya que al poder recibir herencias, dotes y donativos, se hacen de nuevo muy ricos y viven con lujos y vicios diversos.
En el 601 muere Leovigildo y el poder de todas las provincias decae.
Reinando Sisebuto se persigue, castiga y encarcela cruelmente a Judios y arrianos que no se conviertan o bauticen.
En el año 620 Sisebuto ataja el problema de la piratería en Tánger y Ceuta, que tras la retirada bizantina, estaban desprotegidas. Toma ambas.
En el 633 el rey Sisenando suaviza la persecución de los arrianos, pero no la de los judíos, en el cuarto Concilio de Toledo.
Los judíos bautizados ahora ya pueden casarse con cristianos, y era una población muy grande en Andújar, Baeza y Granada.
Suintila acabará con los últimos reductos bizantinos en Portugal y las Baleares.
Desde el año 631 al 701 España vive en paz y la calma es total.
Recesvinto acaba con la prohibición de que los godos no podían casarse con los hispanorromanos o judíos.
En el año 709 Rodrigo destrona al rey Witiza, pero con ello logra que su partidario el conde Don Julián, gobernador de Ceuta, deje paso a la conquista árabe en el año 711, en parte también humillado porque Rodrigo abusó y mancilló a una de sus hijas.