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ALBUÑAN: Juicio Sumarísimo de albuñaneros por responsabilidades...

Juicio Sumarísimo de albuñaneros por responsabilidades políticas tras la Guerra Civil.

El B. O. E número 17 de 1942 refleja como el juez D. Esteban Álvarez Manzaneda y Vez, ordena detener y ajusticiar a los siguientes vecinos

de Albuñán, tras sentencia dictada en rebeldía en el juzgado n·2 de Granada:

Juan Sierra García: casado y labriego.

Dolores Pollatos Gómez: sus labores, viuda.

José Pollatos Gómez: casado y jornalero.

Los tres fueron denunciados por ayudar a los jefes de la "Columna anarquista Maroto" y de la columna "Torrens" en la toma de Guadix y comarca

y en las posteriores represalias que estos hicieron con simpatizantes derechistas locales.

También se les acusó de sindicalismo obrero y de entregar a conocidos terratenientes a las autoridades milicianas.

No se les inculpó de delitos graves de sangre aunque a dos de ellos se les intervino armas y munición escondidas.

Al final cumplieron 6 años de prisión en la Espartera de Benalúa y pena de multa de 4000 pts, pero se libraron de ser ejecutados.

Otras 6 personas del pueblo fueron acusadas entre 1940 y 1944, por su adhesión a la República y de ellas hablaremos en otra ocasión.

Posteriormente otros 2 fueron acusados de enlaces de los maquis por suministrarles comida, refugio y medicinas.

hubo muchos socialistas y comunistas naturales de Albuñán, pero el anrquismo caló muy poco y estas columnas milicianas provenían de Valencia,
Alicante, Castellón y Almería, aunque su jefe máximo Francisco Maroto del Ojo era nacido en Guadix.

A fecha de hoy aún permanece oculto y sin descubrir un polvorín de armas escondido en la rambla del pueblo que los milicianos de Almería trajeron

y que no pudieron recuperar al finalizar la contienda ya que quien las ocultó murió en combate. En los diarios de guerra de 1939 se dice que el

arsenal estaba en una cueva cuya entrada fue camuflada y contenía unos 500 Mauser nuevos, 100 Nagant, 60 pistolas, 4 morteros, granadas de piña, etc.

Parece ser que se negaron a entregarlas a los "opresores" y volarían la entrada para sepultar la cueva.

Un tal capitán José Velarde de la 104 B. Mixta al ser interrogado confirmó la existencia de ese depósito de armas en 1940, pero no supo señalar su

paradero porque su ocultación se hizo muy en secreto. Además Sabemos que en 1938 llegaron a Guadix muchas armas enviadas desde Valencia y de esas muy

pocas se entregaron tras la rendición republicana al coronel Lorenzo Tamayo en 1939.