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ALBUÑOL: A mí Las Alpujarras, también, donde si viví y muy feliz,...

Este es uno de los pueblos en los que vivir es una delicia, monte y playa, playa y montañas, esas casas blancas, gentes sencillas y me da que más de un extranjero, habrá plantado ahí su vida, de tener un par de €. no lo dudaría, Albuñol, Guarchos, Baúl y todos los de las Alpujarras, que maravilla, quien no sepa lo que es vivir en un pueblo, no sabe lo mucho y bueno que se pierde. Una tuvo esa divina suerte, encontré el gran amor, el eje de mi vida. Y, nos vamos fuera de España, como si aquí no hubiera pueblos cuajados todos ellos de historia, son toda una maravilla, un hogar con leña, no mucho mueble, estos todos color madera, sencillez en la estanterías para colocar los libros, eso si, cerraditas, aunque laurel les pongo toda precaución es poca, y los veranos..., sin tener que estar al tanto del aire acondicionado, menudos aires llegan de la sierra, un buen botijo, una buena ensalada, gazpachos menos, por tener mal el estomago, medicación en abundancia al sufrir un grave accidente, en Bus EMT. con una silla de ruedas eléctrica a toda prueba. Les felicito, tienen un hermoso pueblo. Cálidos Saludos. Teresa

Hola Teresa, muy lindo tu relato, si muy lindo y la verdad que me encantaría en un futuro viaje conocer toda esa zona, zona de donde son mis abuelos los cuales emigraron a Mendoza, Argentina desde Albuñol y Gualchos

A mí Las Alpujarras, también, donde si viví y muy feliz, fue en la ladera de una cadena de montañas, Baúl se llama, en ese Baúl tengo hermosísimos y tristísimos momentos, una vez el sacerdote, nos declaro, marido y mujer, olvidados quedaron los malos momentos, vivimos doce años de un Amor, cómo no podía ser de otra manera, nos enamoramos siendo tan solo unos críos, el amor, crecía, y crecía, y así fue creciendo día tras día, es un relato en el que nada se exagera, sucedió tal le cuento. Cada instante que paso sin verlo físicamente a mi lado, pido a Jesús, ¿por qué no me llevas ya con él? algo, y por alguien me mantiene aquí en la tierra, ese algo es nuestro hijo mayor, ese hijo que es calcado a su padre, que por bueno una pécora le hizo mucho daño, me tiene aquí hasta verlo con una familia, feliz, aunque solo fuera la mitad que nosotros, nos sentiríamos muy felices. Nosotros tenemos familia en Córdoba, Argentina, aunque desde que murieron mis tíos, hemos perdido bastante la conexión, yo solo los conozco por fotografía, lo que si tengo es una vecina Argentina, lleva aquí unos tres años, siempre que tiene un problema, acude a nosotros, son muy majas, tanto ella como las dos niñas, una de ellas una guapísima quinceañera. Le saludo cordialmente, aquí tiene Ud. una amiga. Teresa