La historia de Algarinejo comienza cuando en 1614 Mateo de Lisón y Biedma compra al Sr. Rey Don Felipe III la jurisdicción civil, criminal y vasallaje del cortijo de Algarinejo, según la escritura de asiento con fecha de 17 de Febrero de 1614. Anteriormente a esta fecha, el "cortijo de Algarinejo", porque según las fuentes, no era más que un pequeño grupo de casas y una vecindad entorno a 117, según las mencionadas escrituras. La venta quedó sancionada por real Cedula la aprobación expedida en 11 de Marzo de 1614.
En ella se expresa haberse vendido en 3.200 ducados las jurisdicción civil y criminal de un cortijo y heredamiento de tierras que llaman Algarinejo, propio de su mayorazgo, y que para si en él se llegase a formar población, se consignaba que comprendía ½ legua de terreno.
Los libros de bautismo comienzan en 1578, y el de desposorios en 1595. En estas escrituras dicen que en esta epoca, Algarinejo ya poseía regidor, aguacil, iglesia y pila de bautismo; también existía sacristán menor y tiendas. Esta Iglesia mencionada, no es la que actualmente existe, era otra que se erigió sobre 1578, una Iglesia Parroquial en donde se celebraban los Divinos Oficios, bautizaba, casaba, enterraba y se realizaban las demás funciones parroquiales.
La historia del templo actual está impregnada de una bonita leyenda que avala un exvoto de hermoso lienzo que se conserva en la Capilla-Sagrario de la Parroquia. Cuenta la leyenda que se hallaba en Madrid el 5º Marqués de Algarinejo, de Cardeñosa, de Valenzuela, Conde de Luque y Señor de la Villa de Zuheros Don Francisco de Paula Fernández de Cordoba, cuando le acometió una grave enfermedad de la que para morir no le faltó más que el estertor de pecho, y en su apuro se encomendó a Nuestro Padre Jesús de Algarinejo, ofreciéndole si sanaba erigirle en la Villa una Iglesia todo lo mejor que él pudiera. Como alcanzó la curación y seguidamente pasó a cumplir su promesa, se volcaron las cuantiosas rentas del Marqués en la obra de fábrica del nuevo templo y de ahí su magnitud porque por entonces los marqueses de Algarinejo poseían la mayor fortuna de todos los Nobles no Grandes de España. Dícese que tardo la edificación unos 14 años y medio. Anteriormente a estas fechas, las tierras de Algarinejo pertenecían a la jurisdicción de Loja. En 1487 tenemos noticia de que hubo unos enfrentamientos entre los términos de Loja e Iznajar por las posesiones de unas tierras en Xesna, hoy Fuentes de Cesna.
Estas tierras eran muy ricas en pastos y otros recursos gracias a la proximidad del río Pesquera. Esta zona fue muy conflictiva, ya que aquí estaba la frontera entre cristianos y musulmanes. El Conde de Cabra reclama estas tierras de Cesna como de su propiedad; el debate se establecía por la fuente de Malerva, Cesna y Pesquera. El resultado de estos conflictos parece que fue favorable a Loja. Pero los problemas de términos entre Loja y la villa de Iznájar, a lo que parecen, no fueron sólo por estas tierras, sino que los vecinos de dicha jurisdicción señorial, como los de Priego, intentaban hacerse con las Marrojas, dehesa situada en el extremo NW, del concejo, a linde con las dos villas. Según informes de la Dirección General del Tesoro, la jurisdicción de Algarinejo fue de nuevo vendida en 1669 a Don Juan Fernández de Córdoba, nieto de Don Mateo de Lisón y Biedma y marqués de Algarinejo; éste era hijo de Don Luis Fernández de Córdoba, yerno de Don Mateo de Lisón. En 1693 los vecinos de Algarinejo ascienden a 387 y la ½ legua a aumentado a 2 leguas y cuarto.
A mediados del siglo XIX, por la mayoría de las calles de Algarinejo, anchas y bastante regulares por su alineación, descendían arroyuelos por atajeas o canales descubiertos, que a la salida del pueblo iban a desaguar el los arroyos que le circundan. (Arroyo de Turca, Arroyo de los Morales, Arroyo Blanquillo,...) En esta época existía una plaza, notable por su extensión y simetría, la cuál poseía en su centro una copiosa fuente circuida de álamos negros y asientos de piedra tosca deteriorados por las injurias del tiempo. Esta plaza fue reformada y hoy Algarinejo cuenta con una gran Plaza moderna, con una fuente con.... caños, bancos con toques modernistas; toda ella rodeada con grandes árboles. El clero lo componían un cura párroco, dos tenientes, dos acólitos y un organicista.
Existía un santuario en la calle Alta, que sirvio de parroquia antes de la construcción de la actual Iglesia; fue después destinada para los ejercicios de los hermanos de la escuela de Cristo y poseía varias memorias piadosas. En el camino que conduce a Priego, a la salida de la población, existía una pequeña ermita titulada de Santica donde se celebraba misa a una imagen muy milagrosa de Nuestra Señora de los Dolores. Otra pequeña ermita se encontraba como a mitad de la cuesta del cerro Calvario, bajo la advocación del Santo Cristo de la Vía Sacra.
El patrono de esta villa es San Dionisio Areopajita, el cual se eligió patrono en 1680 habiendo empezado el azote de la peste en las ciudades de Cartagena y Murcia en el año de 1677. Se propaga la peste por tierras andaluzas en los tres años siguientes, liberándose este pueblo. Estas fechas fueron terribles ya que existió una terrible sequía por la falta de lluvia.
También hubo sobre el 1680 en este pueblo varios terremotos, uno de los cuales consternó a todos sus vecinos. Sobre la producción habría que mencionar que en años anteriores lo principal era el trigo, la uva, la cebada, nabos, escaña, lentejas, yeros, bellotas, nogales árboles frutales y sobre todo olivos.
Hoy en día Algarinejo se encuentra casi totalmente rodeado de olivos, siendo ésta su actividad económica principal. Sobre la etimología de su nombre son varias las opiniones: según algunos Algarinejo deriva del nombre de un antiguo cortijo llamado Algarín-anejo de Loja; la opinión más generalizada entre los habitantes es que la villa debe su origen a dos cortijadas inmediatas apellidadas Algarín la una y Nejo la otra. Se piensa también que pueda tener algo de relación con etimología árabe.
A las inmediaciones de esta población se dio una batalla entre las tropas de Doña Isabel la Católica y los moros de Granada, que aunque ocupaban Loja, cuyo alcalde era entonces Aliatar, suegro de Boabdil.
En ella se expresa haberse vendido en 3.200 ducados las jurisdicción civil y criminal de un cortijo y heredamiento de tierras que llaman Algarinejo, propio de su mayorazgo, y que para si en él se llegase a formar población, se consignaba que comprendía ½ legua de terreno.
Los libros de bautismo comienzan en 1578, y el de desposorios en 1595. En estas escrituras dicen que en esta epoca, Algarinejo ya poseía regidor, aguacil, iglesia y pila de bautismo; también existía sacristán menor y tiendas. Esta Iglesia mencionada, no es la que actualmente existe, era otra que se erigió sobre 1578, una Iglesia Parroquial en donde se celebraban los Divinos Oficios, bautizaba, casaba, enterraba y se realizaban las demás funciones parroquiales.
La historia del templo actual está impregnada de una bonita leyenda que avala un exvoto de hermoso lienzo que se conserva en la Capilla-Sagrario de la Parroquia. Cuenta la leyenda que se hallaba en Madrid el 5º Marqués de Algarinejo, de Cardeñosa, de Valenzuela, Conde de Luque y Señor de la Villa de Zuheros Don Francisco de Paula Fernández de Cordoba, cuando le acometió una grave enfermedad de la que para morir no le faltó más que el estertor de pecho, y en su apuro se encomendó a Nuestro Padre Jesús de Algarinejo, ofreciéndole si sanaba erigirle en la Villa una Iglesia todo lo mejor que él pudiera. Como alcanzó la curación y seguidamente pasó a cumplir su promesa, se volcaron las cuantiosas rentas del Marqués en la obra de fábrica del nuevo templo y de ahí su magnitud porque por entonces los marqueses de Algarinejo poseían la mayor fortuna de todos los Nobles no Grandes de España. Dícese que tardo la edificación unos 14 años y medio. Anteriormente a estas fechas, las tierras de Algarinejo pertenecían a la jurisdicción de Loja. En 1487 tenemos noticia de que hubo unos enfrentamientos entre los términos de Loja e Iznajar por las posesiones de unas tierras en Xesna, hoy Fuentes de Cesna.
Estas tierras eran muy ricas en pastos y otros recursos gracias a la proximidad del río Pesquera. Esta zona fue muy conflictiva, ya que aquí estaba la frontera entre cristianos y musulmanes. El Conde de Cabra reclama estas tierras de Cesna como de su propiedad; el debate se establecía por la fuente de Malerva, Cesna y Pesquera. El resultado de estos conflictos parece que fue favorable a Loja. Pero los problemas de términos entre Loja y la villa de Iznájar, a lo que parecen, no fueron sólo por estas tierras, sino que los vecinos de dicha jurisdicción señorial, como los de Priego, intentaban hacerse con las Marrojas, dehesa situada en el extremo NW, del concejo, a linde con las dos villas. Según informes de la Dirección General del Tesoro, la jurisdicción de Algarinejo fue de nuevo vendida en 1669 a Don Juan Fernández de Córdoba, nieto de Don Mateo de Lisón y Biedma y marqués de Algarinejo; éste era hijo de Don Luis Fernández de Córdoba, yerno de Don Mateo de Lisón. En 1693 los vecinos de Algarinejo ascienden a 387 y la ½ legua a aumentado a 2 leguas y cuarto.
A mediados del siglo XIX, por la mayoría de las calles de Algarinejo, anchas y bastante regulares por su alineación, descendían arroyuelos por atajeas o canales descubiertos, que a la salida del pueblo iban a desaguar el los arroyos que le circundan. (Arroyo de Turca, Arroyo de los Morales, Arroyo Blanquillo,...) En esta época existía una plaza, notable por su extensión y simetría, la cuál poseía en su centro una copiosa fuente circuida de álamos negros y asientos de piedra tosca deteriorados por las injurias del tiempo. Esta plaza fue reformada y hoy Algarinejo cuenta con una gran Plaza moderna, con una fuente con.... caños, bancos con toques modernistas; toda ella rodeada con grandes árboles. El clero lo componían un cura párroco, dos tenientes, dos acólitos y un organicista.
Existía un santuario en la calle Alta, que sirvio de parroquia antes de la construcción de la actual Iglesia; fue después destinada para los ejercicios de los hermanos de la escuela de Cristo y poseía varias memorias piadosas. En el camino que conduce a Priego, a la salida de la población, existía una pequeña ermita titulada de Santica donde se celebraba misa a una imagen muy milagrosa de Nuestra Señora de los Dolores. Otra pequeña ermita se encontraba como a mitad de la cuesta del cerro Calvario, bajo la advocación del Santo Cristo de la Vía Sacra.
El patrono de esta villa es San Dionisio Areopajita, el cual se eligió patrono en 1680 habiendo empezado el azote de la peste en las ciudades de Cartagena y Murcia en el año de 1677. Se propaga la peste por tierras andaluzas en los tres años siguientes, liberándose este pueblo. Estas fechas fueron terribles ya que existió una terrible sequía por la falta de lluvia.
También hubo sobre el 1680 en este pueblo varios terremotos, uno de los cuales consternó a todos sus vecinos. Sobre la producción habría que mencionar que en años anteriores lo principal era el trigo, la uva, la cebada, nabos, escaña, lentejas, yeros, bellotas, nogales árboles frutales y sobre todo olivos.
Hoy en día Algarinejo se encuentra casi totalmente rodeado de olivos, siendo ésta su actividad económica principal. Sobre la etimología de su nombre son varias las opiniones: según algunos Algarinejo deriva del nombre de un antiguo cortijo llamado Algarín-anejo de Loja; la opinión más generalizada entre los habitantes es que la villa debe su origen a dos cortijadas inmediatas apellidadas Algarín la una y Nejo la otra. Se piensa también que pueda tener algo de relación con etimología árabe.
A las inmediaciones de esta población se dio una batalla entre las tropas de Doña Isabel la Católica y los moros de Granada, que aunque ocupaban Loja, cuyo alcalde era entonces Aliatar, suegro de Boabdil.