El
Santo
Lo implantó el
pueblo entero
después que lo destruyera
un rayo, que desde el
cielo
no permitió que siguiera
maltrecho y herido su cuerpo
nadie ofende, ni arremete
a soledad de un Santo,
porque Dios no lo consiente
con su vara, a largo plazo
ni al sentimiento de un pueblo
se le hiere por placer,
¡que galante es, el respeto!
y quien lo sabe ejercer.
En aportaciones populares
la humildad hizo un esfuerzo
con el mayor de los amores
poniendo al Santo en su Cerro
y este Pueblo con su anhelo
de borrón y cuenta nueva,
con su talante sereno
goza de un Santo nuevo
después de una ardua tarea.
de la Cerrá, a la Longuera
mil corazones contemplan
en la cima Alicunera
al Santo que cuida y vela
por la gente de esta tierra.