La brisa de la longuera
refresca mi tez anciana
en tardes de
primavera
cuando el día se acaba
las largas
sombras se alejan
y el sol desaparece
dejando hermosa belleza
cuando el
cielo se enrojece
con luz de luna en sus copas
los
árboles crecen y se adorna,
los novios se ven a solas
con el perfume de rosas
el amor rompe barreras
sin perjuicios ni obstrucciones
dulce pájaro que vuela
las cúspides, con ilusiones
es el eje y la medida
donde gira el ser humano
alrededor de la vida
donde sufrimos y amamos.
Medito conmigo y pienso
del trigo sobre
las eras
de este
Valle Alicunero
y de sus frondosas siembras
en las campañas de siega
y de los fornidos obreros
hombres de actitud serena
y excelentes compañeros
orgullo y
flor de la tierra
que lucharon y defendieron
con su esfuerzo y su presencia
las raíces de este
pueblo
en tiempos duros de la vida
llevados sobre la espalda
para criar una
familia
defendida con el alma
con niños a borbollones
jugando en los balates
de los hermosos trigales
y las acequias rebosantes,
de la Cerrá a cerro Miguel
de los Lobos hasta las Dehesas
este Valle era un vergel
y la mejor de las tierras.