NUESTRA PARTIDA, AL TUTE
Medita el viento en el
río
entre el tarayal perenne
las luces tenues sin brillo
anocheciendo se encienden
paseo por los
olivos
de aquel barbecho lejano
recordando los
caminos
de la
trilla y del arado
la brisa de la longuera
refresca mi tez anciana
en tardes de
primavera
cuando el día se acaba
las largas
sombras se alejan
y el sol desaparece
dejando hermosa belleza
cuando el
cielo se enrojece
con luz de luna en sus copas
los
árboles crecen y se adorna,
los novios se ven a solas
con el perfume de rosas
y cuando se van las sombras
solemos hacer la “partida”
comentado las historias
de los trajines de la vida
recordando aquel
Pueblo ameno
de gente por todas partes
con las
cuevas de Juan y Pedro
vecinos y
amigos entrañables
que componía otro pueblo
con niños a borbollones
jugando en los balates
de los hermosos trigales
y las acequias rebosantes,
de la Cerrá a cerro Miguel
de los Lobos hasta las Dehesas
este
Valle era un vergel
y la mejor de las tierras.
“Que se dispensen mis pensamientos,
que me animan y acompañan
lo que hice ayer, no me acuerdo,
sí de lo antiguo, la
juventud y la infancia”