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ALICUN DE ORTEGA: ALICUNEROS...

ALICUNEROS

Comarca y campo Granadino
de los Montes Orientales
en la lejanía y olvido
de los progresos rurales

donde las auroras bellas
iluminan campo y monte
entre terreras desiertas
y bajo un cerro grande,
al lado de Piedras Bermejas,
hay un pueblo que se refleja
en la ladera del Valle

un pueblo sencillo y blanco
que es Alicún de Ortega
entre olivares y esparto,
entre el secano y la vega,

pueblo que cultiva el barbecho
de los buenos sentimientos
hospitalario y honesto
en intenciones y gestos

cuando doblan sus campanas
hacen eco dentro el tajo
del cerro que cuida y guarda
a un Corazón Sagrado
al que su gente, adora y exalta

esos ecos de campanas
llenan de melancolía
a los barrancos y ramblas
cuando llega ese gran día
que San Roque sale en andas

suenan clarines y cornetas
y el vello se nos levanta
porque han llegado las Fiestas
que a nuestro Patrón aclaman

ejemplares por su estilo,
por su clase y su sosiego
y porque siguen un camino
que define a todo un pueblo,
como al Pueblo Alicunero

¡la Verbena nos espera!
para tomar una copa
con nuestra familia entera
haciendo mesa redonda
con todas las que nos llegan

con tertulia de las cosas
que se refieren hablando
limando asperezas toscas,
discrepando y razonando
con las convicciones propias

y recordaremos aquellos
que nos dejaron su doctrina
con los ejemplos serenos
de la convivencia unida
y solidaria en sus hechos

gentes de talante serio
de la palabra y el credo
haciendo de ello un imperio
de lealtad y de respeto,

de sus comportamientos nobles
hicieron “Hermandad de Hermanos”
para que en nuestros horizontes
veamos sus firmes pasos
y conservemos como hombres
lo que ellos nos dejaron
esa, era nuestra gente,
que se fue por el paso de la vida
y que estarán en nuestra mente
hasta que ésta, esté viva,

este pueblo Alicunero
tiene fe en su gente nueva
en que camine el sendero
con tenacidad y fuerza
defendiendo con esmero
las raíces de esta tierra,

nos causan frustración y penas
la desidia y el olvido
y que nuestras carreteras
sean agrestes caminos
que hieren nuestra vergüenza

estamos en tiempos modernos
con la Unidad de Naciones
que han de reunir esfuerzos
para quitar los terrones
a nuestros accesos desiertos.

Ahora es nuestra Fiesta
de la Virgen y San Roque,
del trasnoche y de la siesta,
los churros y el pasodoble
y del pueblo en convivencia

mencionar, no es necesario,
con el agrado y alegría
que se acoge a los foráneos,
la hospitalidad y gallardía
son valores puros y natos
de nuestra categoría

confluyen en el ambiente
instintos que nos resaltan
íntimos de nuestra gente,
dejando huella y nostalgia
con recuerdo permanente

al transcurrir unos días,
las “Escalerillas” se aclaran,
la Plaza se queda vacía
y nuestra mente recalca,
cavilando en la fantasía,
de como este pueblo sería
sin que nadie, se nos marchara

imaginamos: trajines y solvencia
autóctona generada
para que la gente nueva
en su tierra se quedara

¡para qué soñar despiertos!
si la vida es realidades,
desasosiegos y tormentos
con pesares y verdades
sin ilusos pensamientos

así es, éste pueblo blanco
o algunas de sus muchas cosas
que entre laderas y esparto
camina y luce con luz propia,
bajo el Cerro, con su Santo

con su tradición y encanto,
con sus alegrías y desconsuelos,
con su solera y rango,
sus ilusiones y desvelos,
luchando y avanzando
y con orgullo llevando
el nombre de Alicuneros.

Antonio.