LA LUNA
En la noche solitaria
sin sombras ni resplandores
sale la Luna y realza
montones de corazones.
La Luna no tiene bata
ni de cola, ni de seda
la Luna van en traje de nácar
por la noche Alicunera.
Hay seres que con la Luna
escriben historias y poemas
coplas de amor y de cuna
que hacen terapia a las penas
viven en los cortijos,
los pueblo y las aldeas
sencillos y humildes vestidos
de ropa y condición discreta
son seres que aman y moran
trabajan y labran la tierra
en la vida rural que adoran
anhelan, transitan y sueñan.
En horas de insomnio y silencio
carentes de brisas y brumas
la Luna engalana al Cielo
con cercos de arquitectura
y en la huerta Alicunera
en el reposo nocturno
escucha cantares que suenan
con eco largo y profundo:
“Lo llevo en lo más profundo
el espíritu del pueblo
desde que me trajo al mundo
mi madre, que tanto quiero”.
En la noche solitaria
sin sombras ni resplandores
sale la Luna y realza
montones de corazones.
La Luna no tiene bata
ni de cola, ni de seda
la Luna van en traje de nácar
por la noche Alicunera.
Hay seres que con la Luna
escriben historias y poemas
coplas de amor y de cuna
que hacen terapia a las penas
viven en los cortijos,
los pueblo y las aldeas
sencillos y humildes vestidos
de ropa y condición discreta
son seres que aman y moran
trabajan y labran la tierra
en la vida rural que adoran
anhelan, transitan y sueñan.
En horas de insomnio y silencio
carentes de brisas y brumas
la Luna engalana al Cielo
con cercos de arquitectura
y en la huerta Alicunera
en el reposo nocturno
escucha cantares que suenan
con eco largo y profundo:
“Lo llevo en lo más profundo
el espíritu del pueblo
desde que me trajo al mundo
mi madre, que tanto quiero”.
Esas noches inolvidables, con luna y sin luna... imborrables.