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ALICUN DE ORTEGA: A LA MUJER ACEITUNERA...

A LA MUJER ACEITUNERA

Olivar verde, alineado
racimado de aceituna
preñada de aceite claro
en las laderas y llanuras

oro líquido en la tierra
de la Andalucía blanca
divisa de una riqueza
en la fatiga forjada

de la mujer aceitunera
con los palos y las varas
el fardo y las rodilleras
el ventisco y las heladas

de los amores que sueñan
en hacer buena campaña
a ver, si en la primavera
llega esa boda soñada.

La mujer Alicunera
lleva en su sangre de raza
una pasión por la tierra
que graba con sus agallas

y se entrega sin remilgos
al olivar y sus entrañas
sin reparos ni perjuicios
en los barbechos de escarcha

y nadie le ha escrito un libro
para que le llegue al alma
y le agradezca el oficio
de humildad, cansancio y llagas

manos de caricia seca
que abrigan el sentimiento
de la dulzura discreta
y de un corazón tierno.

Aceite lujo solemne
que tantas mesas engalana
sin que repare la gente
en quien lo pare y trabaja.

El Mundo tiene ceguera
a los valores mostrados
sobre la dura faena
de unos cuerpos fatigados
de la capaz aceitunera

cuerpos de oro y platino
que besa la brisa fina
con salitre del olivo
y el olor de la jamila

pecho regado de aliento
con savia de raíz buena
en la bruma del barbecho
canta la aceitunera
coplas que se lleva el viento.

“Suspiros de mi dolor,
de pasión, lujuria y llanto
¿por qué se marchó tu amor
dejando al mío esperando?

“Por un amor que perdí
mi corazón, se desvela
sé que volverá a mí
soy de sangre Alicunera”.

“De la Angostura a los Ciruelos
y el valle de las Longueras,
hay amores Alicuneros
sembrados de alegrías y penas”.

Admiro el tesón y esfuerzo
de la mujer aceitunera
y llevo en mi sentimiento
a una, que fue de primera.

Amo todo lo que siento
en mi corazón latiendo
por la mujer Aceitunera
porque merece un monumento:
esa Mujer de Bandera.