Luz ahora: 0,11579 €/kWh
Esta es la poesía que se ha puesto este año en el programa de la Fiesta. Está escrita con la intención de resaltar una vez más este valle y, acercarlo a todos los seres que no pueden disfrutarlo pisando su suelo.
VALLE ALICUNERO
De los Ciruelos a la Dehesa
hasta el Picón y la Angostura,
este Valle embelesa
con paisaje de hermosura
por sus olivares bordados
entre laderas y torcas
y los barrancos adornados
de sabinas y de atochas
donde reluce un pueblo
que al pié del Cerro está anclado
sencillo, blanco y honesto
apacible y despejado
en este Valle de solera
con su postal verde y blanca
que en la noche Alicunera
brillan estrellas de nácar.
Mientras los niños sueñan
que los reyes sean buenos,
los mozuelos y mozuelas
con el amor de sus sueños
y los adultos soñamos,
despiertos en nuestro anhelo
con todo lo que luchamos,
en los veneros del pueblo
en saber sacarle jugo
a lo que éste valle ofrece,
desvelo, sudor y fruto
que la tierra nos promete.
Vuelan los pensamientos
en la noche enmudecida
repasando los momentos
que transcurren en la vida
pensamos en lo que nos duele,
en lo que amamos y queremos,
en todo aquello que tiene
luz, en nuestros sentimientos
recordando sin remedio
en la intimidad sentida
los avatares del tiempo
en el transcurso de la vida.
Suavemente silba el viento
durante el insomnio insolente
que se alía con el silencio
en las horas que nos hieren
los punzones del recuerdo.
Cuando nos llega la Fiesta
y se nos llenan las plazas
nuestro corazón se alegra,
aunque sea una semana
porque vemos en el ambiente
“espíritu alicunero”
en las caras de la gente
disfrutando de su pueblo.
en el ambiente se palpa
mucho más que una fiesta,
que se transmite y resalta
con los amores de la tierra.
Ya han venido los amigos,
la familia y los paisanos
donde se siente queridos
añorados y abrazados.
Disfrutando las raíces
el tiempo pasa volando
en unos días felices
de fraternidad y encanto.
San Roque en su procesión
con ambiente sosegado
hace honor y tradición
al presente y al pasado.
En el Pueblo Alicunero
éstos son días de gala
con sentimiento sereno
a una tierra arraigada
y éste Valle con esmero
sin lujos, tronío, ni fama,
ofrece calor y apego
a los seres que se fueron
con sus raíces en el alma.
VALLE ALICUNERO
De los Ciruelos a la Dehesa
hasta el Picón y la Angostura,
este Valle embelesa
con paisaje de hermosura
por sus olivares bordados
entre laderas y torcas
y los barrancos adornados
de sabinas y de atochas
donde reluce un pueblo
que al pié del Cerro está anclado
sencillo, blanco y honesto
apacible y despejado
en este Valle de solera
con su postal verde y blanca
que en la noche Alicunera
brillan estrellas de nácar.
Mientras los niños sueñan
que los reyes sean buenos,
los mozuelos y mozuelas
con el amor de sus sueños
y los adultos soñamos,
despiertos en nuestro anhelo
con todo lo que luchamos,
en los veneros del pueblo
en saber sacarle jugo
a lo que éste valle ofrece,
desvelo, sudor y fruto
que la tierra nos promete.
Vuelan los pensamientos
en la noche enmudecida
repasando los momentos
que transcurren en la vida
pensamos en lo que nos duele,
en lo que amamos y queremos,
en todo aquello que tiene
luz, en nuestros sentimientos
recordando sin remedio
en la intimidad sentida
los avatares del tiempo
en el transcurso de la vida.
Suavemente silba el viento
durante el insomnio insolente
que se alía con el silencio
en las horas que nos hieren
los punzones del recuerdo.
Cuando nos llega la Fiesta
y se nos llenan las plazas
nuestro corazón se alegra,
aunque sea una semana
porque vemos en el ambiente
“espíritu alicunero”
en las caras de la gente
disfrutando de su pueblo.
en el ambiente se palpa
mucho más que una fiesta,
que se transmite y resalta
con los amores de la tierra.
Ya han venido los amigos,
la familia y los paisanos
donde se siente queridos
añorados y abrazados.
Disfrutando las raíces
el tiempo pasa volando
en unos días felices
de fraternidad y encanto.
San Roque en su procesión
con ambiente sosegado
hace honor y tradición
al presente y al pasado.
En el Pueblo Alicunero
éstos son días de gala
con sentimiento sereno
a una tierra arraigada
y éste Valle con esmero
sin lujos, tronío, ni fama,
ofrece calor y apego
a los seres que se fueron
con sus raíces en el alma.