RAMBLA LO ANCHO
Canta un pastor un fandango
que retumba en el barranco
al son del cencerreo calmoso
del rebaño silencioso
en abanico pastando
son los “Montes Orientales”
con sus serranías y lomas
de los verdes olivares
y sementeras frondosas
hermosa y bella tierra
de hombres y mujeres firmes
en amarla y defenderla
potenciando las raíces
cultivándola y queriéndola.
Queremos, a nuestra tierra,
desde el pecho hasta la espalda
de los pies a la cabeza
del corazón hasta el alma
no miraremos hacia atrás
nuestro horizonte es la tierra
el barbecho, el olivar
el monte, la vega, la huerta
y la fe de prosperar
con nuestra propia voluntad,
nuestra ilusión y nuestra fuerza
la fuerza que da el querer,
las ilusiones y el tesón
el cariño y el placer
de amar con el corazón
la patria que nos vio nacer
¡Porque somos de los montes!
de robustez y firmeza
trabajadores y nobles
luchando por nuestra tierra
tierra de calma y solera
que lleva grabada en su pecho:
el rigor de la tormenta,
el campo agreste y sediento
y el trabajo con dureza,
con el frío y con el hielo
y años vanos de cosecha,
siempre pendiente del cielo
de su bondad o su inclemencia.
Pero tu gente sigue contigo
tu gente, que es la que queda
que es la que hace el camino
el camino y la vereda
haciendo patria y destino
de otra cultura nueva
luchando porque los pueblos
sean los pueblos blancos, vivos
y que no queden desiertos
ni en el olvido perdidos
con nuestras mujeres
que son ejemplo de entereza
combinando los quehaceres
de hija, madre y abuela.
Montes de lomas preñadas
de las hermosas siembras
peinadas y despeinadas
con el aire de la sierra
que no os falte la mano
del hombre que ara y siembra
aferrado y apasionado
a las raíces de la tierra
dando ese ejemplo humano
de fortaleza y humildad,
a este Mundo necesitado
de equilibrio y solidaridad.
Canta un pastor un fandango
que retumba en el barranco
al son del cencerreo calmoso
del rebaño silencioso
en abanico pastando
son los “Montes Orientales”
con sus serranías y lomas
de los verdes olivares
y sementeras frondosas
hermosa y bella tierra
de hombres y mujeres firmes
en amarla y defenderla
potenciando las raíces
cultivándola y queriéndola.
Queremos, a nuestra tierra,
desde el pecho hasta la espalda
de los pies a la cabeza
del corazón hasta el alma
no miraremos hacia atrás
nuestro horizonte es la tierra
el barbecho, el olivar
el monte, la vega, la huerta
y la fe de prosperar
con nuestra propia voluntad,
nuestra ilusión y nuestra fuerza
la fuerza que da el querer,
las ilusiones y el tesón
el cariño y el placer
de amar con el corazón
la patria que nos vio nacer
¡Porque somos de los montes!
de robustez y firmeza
trabajadores y nobles
luchando por nuestra tierra
tierra de calma y solera
que lleva grabada en su pecho:
el rigor de la tormenta,
el campo agreste y sediento
y el trabajo con dureza,
con el frío y con el hielo
y años vanos de cosecha,
siempre pendiente del cielo
de su bondad o su inclemencia.
Pero tu gente sigue contigo
tu gente, que es la que queda
que es la que hace el camino
el camino y la vereda
haciendo patria y destino
de otra cultura nueva
luchando porque los pueblos
sean los pueblos blancos, vivos
y que no queden desiertos
ni en el olvido perdidos
con nuestras mujeres
que son ejemplo de entereza
combinando los quehaceres
de hija, madre y abuela.
Montes de lomas preñadas
de las hermosas siembras
peinadas y despeinadas
con el aire de la sierra
que no os falte la mano
del hombre que ara y siembra
aferrado y apasionado
a las raíces de la tierra
dando ese ejemplo humano
de fortaleza y humildad,
a este Mundo necesitado
de equilibrio y solidaridad.