JOSÉ
José con su garrota. Esa garrota que tanto vamos a echar en falta, como a su dueño, con sus buenos ratos de charla, sus bromas, sus ironías y sus sátiras, formando parte de un coloquio ritual en esta plaza de sus amores, donde siempre estará en los corazones, de los que, lo recordaremos. Lo haremos como el querías que fuese, sin lágrimas ni silencios, sino contemplando la realidad de que venimos para marcharnos y, de que nuestra vida es: simplemente un suspiro de la eterna.
Sin ignorar que te has ido
siempre estarás en esta plaza
como hombre y como amigo
y Alicunero de raza
y la brisa de la tierra
con el rocío de la mañana
nos traerá tu presencia
con tu revoltosa gancha
luciendo entre el Cerro y el Cielo
rodeado de espigas blancas
un Clavel Alicunero
bordado con terciopelo
entre las rosas de nácar.
“Antonio”
José con su garrota. Esa garrota que tanto vamos a echar en falta, como a su dueño, con sus buenos ratos de charla, sus bromas, sus ironías y sus sátiras, formando parte de un coloquio ritual en esta plaza de sus amores, donde siempre estará en los corazones, de los que, lo recordaremos. Lo haremos como el querías que fuese, sin lágrimas ni silencios, sino contemplando la realidad de que venimos para marcharnos y, de que nuestra vida es: simplemente un suspiro de la eterna.
Sin ignorar que te has ido
siempre estarás en esta plaza
como hombre y como amigo
y Alicunero de raza
y la brisa de la tierra
con el rocío de la mañana
nos traerá tu presencia
con tu revoltosa gancha
luciendo entre el Cerro y el Cielo
rodeado de espigas blancas
un Clavel Alicunero
bordado con terciopelo
entre las rosas de nácar.
“Antonio”