En esta casa-cueva, de las cuevas de Juan y Pedro “Estepa”, como todos sus hermanos, nació: Francisco, apodado: “El Músico”.
El carisma y el talante del buen amigo, nos empuja a mencionarlo y traerlo a esta ventana, con todo el respeto y afecto a un ser, que siempre estará con nosotros, y por ese motivo queremos que también esté la que fue su casa, aunque el paso de los años la hayan deteriorado demasiado, pero era: una gran casa – cueva.
La valía de Frasquito: su humanidad, su instinto de buena gente y su condición, hacen que su persona, remonte y escale todas las metas de los hombres de bien.
Los que lo tratamos de cerca, intentamos aprender de la estela que él nos dejó.
Con toda la humildad y todo el respeto.
Cuanto recuerdo mi casa
mis amigos y mi gresca,
¡que bonita fue mi infancia!
y la adolescencia tierna.
Barrio de la Magdalena
naturaleza y flores
olores a hierbabuena
amores e ilusiones
y romances que el viento se lleva.
Primaveras rebosantes
de margaritas y amapolas
de avenate en los balates
y trigales, haciendo olas.
Nada se va ni se pierde
porque queda en la memoria
lo que se quiere y siente
y pasa de baca en boca.
Tengo un tesoro escondido
entre laderas y sabinas
recuerdos que van conmigo
imborrables de mi vida
y si volviera a ser chico
en mi cuna de silencio
bordaría con un suspiro
un corazón de terciopelo
con un "te quiero” prendido
para todos los que quiero
que siempre estarán conmigo
El carisma y el talante del buen amigo, nos empuja a mencionarlo y traerlo a esta ventana, con todo el respeto y afecto a un ser, que siempre estará con nosotros, y por ese motivo queremos que también esté la que fue su casa, aunque el paso de los años la hayan deteriorado demasiado, pero era: una gran casa – cueva.
La valía de Frasquito: su humanidad, su instinto de buena gente y su condición, hacen que su persona, remonte y escale todas las metas de los hombres de bien.
Los que lo tratamos de cerca, intentamos aprender de la estela que él nos dejó.
Con toda la humildad y todo el respeto.
Cuanto recuerdo mi casa
mis amigos y mi gresca,
¡que bonita fue mi infancia!
y la adolescencia tierna.
Barrio de la Magdalena
naturaleza y flores
olores a hierbabuena
amores e ilusiones
y romances que el viento se lleva.
Primaveras rebosantes
de margaritas y amapolas
de avenate en los balates
y trigales, haciendo olas.
Nada se va ni se pierde
porque queda en la memoria
lo que se quiere y siente
y pasa de baca en boca.
Tengo un tesoro escondido
entre laderas y sabinas
recuerdos que van conmigo
imborrables de mi vida
y si volviera a ser chico
en mi cuna de silencio
bordaría con un suspiro
un corazón de terciopelo
con un "te quiero” prendido
para todos los que quiero
que siempre estarán conmigo