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ALICUN DE ORTEGA: Alicún de Ortega (o simplemente Alicún) es una localidad...

Alicún de Ortega (o simplemente Alicún) es una localidad y municipio español situado en la parte nororiental de la comarca de Los Montes, en la provincia de Granada, comunidad autónoma de Andalucía. Limita con los municipios granadinos de Dehesas de Guadix, Pedro Martínez y Alamedilla, y con el municipio jienense de Quesada.
Alicún de Ortega se extiende por las últimas laderas al este de los Montes Orientales y por el valle del río Guadahortuna, en las inmediaciones del Fardes y en el límite con la provincia de Jaén, de la que dista a apenas 700 metros del centro del pueblo. Es la única localidad de la ruta del Fardes que no tiene —ni ha tenido nunca—casas cueva.

Alicún de Ortega ha estado habitada desde la Prehistoria. En ella se han encontrado importantes vestigios arqueológicos del Neolítico y de época íbera. Durante la período romano aparece citada como "Acatucci" en elitinerario de Arlés (Francia) a Cástulo (actual Linares) como una población de la Bastetania Tarraconense situada a veintiocho millas de Acci (actual Guadix); más tarde fue conocida como "Agatugia". Durante la época árabe, estuvo en la frontera del Reino de Granada y sufrió escaramuzas y hostigamientos por parte de los castellanos. Se hace mención al mismo en el siglo XIII por al-Hulal al-Mausiyya, como una de las etapas de Alfonso I de Aragón "el Batallador" contra el país granadino en el año 1126. Posteriormente, son famosas las batallas que por la posesión de su castillo se libraron, sucesivamente, en 1315 y en 1486 en la que finalmente fue tomado por los Reyes Católicos.
Tras la Reconquista cristiana, Alicún sigue la suerte del resto de lugares vecinos, pues, como ellos, pasó a manos de un terrateniente que fundó una aldea. Así, se conoce que en 1527 Don Íñigo Briceño de la Cueva compró este lugar, con la pertinente autorización de la Corona; también adquirió los baños árabes del mismo nombre —hoy en el término de Villanueva de las Torres—. Pero, por cuestiones aún no aclaradas, vende en seguida la aldea y tierras a Don Martín Ortega de los Cobos. Éste tras la compra, lo incluyó en el mayorazgo que fundó a favor de sus herederos Don Antonio Ortega y Doña Catalina Porcel, vecinos de Úbeda. Por ese hecho se añadió al antiguo nombre de este lugar, "al-Liqum", la referencia al señorío al que se adscribió, y ya desde mediados del siglo XVI se le llamó Alicún de Ortega. Más tarde, el Señorío de Alicún cambió la rama paterna de la línea familiar, pues DoñaCatalina Victoria de Ortega, nieta de Don Antonio de Ortega y Mesía, Señor de Alicún, se casó con Don Juan Luis Basilio de la Cueva y Piédrola Chirino y Guzmán, Caballero de Santiago además de conde, a quién pasó la tenencia del señorío.

Monumentos

La ermita de San Roque y la iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación son los principales lugares destacables de Alicún. Además, posee unas fortalezas árabes que se encuentran aproximadamente a un kilómetro de la localidad.

Tradiciones

La Hermandad de las Ánimas

Como una reliquia sorprendente, se conserva aún en Alicún de Ortega la tradición de la Hermandad de las Ánimas Benditas, con plena vigencia pese a su antigüedad.
Lo más llamativo es que pertenecen a ella todos los hijos del pueblo, vivan en él o no. La finalidad no es otra que acompañar a los hermanos difuntos en suentierro y prestar ayuda económica si se precisara en tan definitivo momento. Para sufragar los gastos que el funcionamiento de la Hermandad genera, especialmente los correspondientes al entierro de los afiliados, se organizan ciertas actividades que son igualmente llamativas.
En concreto, el 25 de diciembre, sale un grupo de cofrades cantando salmodias antiguas y pidiendo por las casas del pueblo. La voluntad de los vecinos suele ser generosa y dan desde dinero, hasta piezas de la matanza que se acaba de realizar. Con todo lo recogido, organizado en lotes, el día 1 de enero se lleva a cabo la llamada rifa, que en realidad es una subasta en la que todo lo recogido se convierte en dinero. Llama la atención el grado de participación e interés de los alicuneros en esta subasta, convirtiendo la puja en un acto social de peculiares características. Esta costumbre está muy extendida por la zona norte de la provincia de Granada, así como en toda la Región de Murcia, norte de Almería y sur de Albacete.

(Texto extraído de: WIKIPEDIA – La enciclopedia libre)