" Pobre barquita mia entre las rocas rota...."
Que pena asomarse a este Foro vacío. Aunque posiblemente, quizá sea bueno, porque ahora los insultos han cambiado de página. Hoy, en la sobre mesa en casa de mi hermana, he leido un "bódrio" que me ha dejado estupecfacto. Expuse una teoría hace un tiempo, por lo que se me ha venido a la memoria, Galiléo Galiléi. Como todos sabemos, fué sometido a un proceso Inquisitorial, para que renunciase públicamente de sus teorías sobre el movimiento de la Tierra, bajo amenaza de excomunión y su posteriomente muerte en la hoguera. Así lo hizo (temiendo por su vida), pero cuentan que no pudo dominar su la fuerza de su razón, y exclamó: ¡y sin embargo se mueve!. Pues bien yo voy a decir algo similar: ¡y sin embargo, dí en el blanco, justo justo en el ceentro de la diana!.
Así que volviendo a recordar a Quevedo, os dejo con él y sus estómagos agradecidos.
EL PICARO Y EL HORTELANO.-
De mucha lábia y talento
era un pícaro tunante
que afanaba sus alforjas
de pimientos y tomates.
Algún que otro pepino,
aunque dice.. se repiten,
berenjenas y guindillas
"y si se pican" que piquen.
Y picando y repicando
entre melón y sandía
el tunante va llenando
las alforjas cada día.
Y el perro del Hortelano
que todas se las sabía,
le fiaba más que el amo
y ganó su compañía.
Y fueron los tres contentos,
tunante, perro y el amo,
y de aquí nació el refrán
del Perro y el Hortelano.
Que pena asomarse a este Foro vacío. Aunque posiblemente, quizá sea bueno, porque ahora los insultos han cambiado de página. Hoy, en la sobre mesa en casa de mi hermana, he leido un "bódrio" que me ha dejado estupecfacto. Expuse una teoría hace un tiempo, por lo que se me ha venido a la memoria, Galiléo Galiléi. Como todos sabemos, fué sometido a un proceso Inquisitorial, para que renunciase públicamente de sus teorías sobre el movimiento de la Tierra, bajo amenaza de excomunión y su posteriomente muerte en la hoguera. Así lo hizo (temiendo por su vida), pero cuentan que no pudo dominar su la fuerza de su razón, y exclamó: ¡y sin embargo se mueve!. Pues bien yo voy a decir algo similar: ¡y sin embargo, dí en el blanco, justo justo en el ceentro de la diana!.
Así que volviendo a recordar a Quevedo, os dejo con él y sus estómagos agradecidos.
EL PICARO Y EL HORTELANO.-
De mucha lábia y talento
era un pícaro tunante
que afanaba sus alforjas
de pimientos y tomates.
Algún que otro pepino,
aunque dice.. se repiten,
berenjenas y guindillas
"y si se pican" que piquen.
Y picando y repicando
entre melón y sandía
el tunante va llenando
las alforjas cada día.
Y el perro del Hortelano
que todas se las sabía,
le fiaba más que el amo
y ganó su compañía.
Y fueron los tres contentos,
tunante, perro y el amo,
y de aquí nació el refrán
del Perro y el Hortelano.