El amor a los niños y a las flores
son ameres tan dignos de los cielos
que su belleza y primores
no dan al amante celos.
La pasada noche soñé
que ibas paseando sola,
alborotado desperté
y sin saliva en la boca
medio dormido grité:
espérame!
que la noche es peligrosa.
Y con el corazón latiendo
desarbolado y asustado
vi que solo era un sueño
de tantos que te he soñado
“Antonio”
son ameres tan dignos de los cielos
que su belleza y primores
no dan al amante celos.
La pasada noche soñé
que ibas paseando sola,
alborotado desperté
y sin saliva en la boca
medio dormido grité:
espérame!
que la noche es peligrosa.
Y con el corazón latiendo
desarbolado y asustado
vi que solo era un sueño
de tantos que te he soñado
“Antonio”