Muy Sr. mio: respeto profundamente su anonimato, espero que acepte y comprenda que yo le exija el mismo respeto para mi. Creo que Ud. sabe también como yo que cuando un organismo público, incoa un expediente y a continuación inicia un proceso de expropiación forzosa, bien por utilidad pública o social o de interés general, puede haber acuerdo entre las partes a la hora de fijar y tasar el valor de lo expropiado, como estamos hablando de una expropiación forzosa, lo normal es que se pague lo que lamamos: liquido imponible.
Ahora bien, para que haya un expropiación forzosa, por los intereses anteriormente expuestos, sobre finca urbana, rústica o cosa de cualquier otra índole, a de existir una oposición a la venta o cesión por parte del propietario de la cosa a expropiar. Como los trabajos, y posterior apertura del cauce del río, se llevaron a cabo en tierras de labor, cuyo propietario era entonces D. Miguel Vega Rabanillo, supongo que, Ud. insinúa que se le pudo haber pagado la expropiación y que por lo tanto no ha lugar a la cesión de unos terrenos pagados. ¿Es ahí donde Ud. quiere llegar? Pues bien, no hubo tal expropiación porque no hubo oposición, sino todo lo contrario. D. Miguel Vega Rabanillo, era muy consciente del peligro que conllevaba las aguas del río en aquellas grandes crecidas de aquellos años, por la cercanía de muchas viviendas a la margen del río. Usó de su influencia en los organismos oficiales de la provincia en aquella época, Gobierno Civil, Diputación, Confederación Hidrográfica, etc, para que se dotara al Ayuntamiento de Alicún de Ortega de los medios económicos y técnicos para llevar a cabo las obras en cuestión y cedió los terrenos para las mismas. Una vez terminadas las obras, y como Ud. sabe, una porción de tierra de labor (nada despreciable), quedó separada del total de la finca en la margen derecha del río, que no por eso, dejaba de ser propiedad de su legítimo dueño: D. Miguel Vega Rabanillo. Nunca reclamó nada que no fuese de su legítima propiedad. Posteriormente, su hijo y heredero D. Manuel Vega Travesí, cedió a mitad de la década de los años 70 del pasado siglo, esta parte separada de la finca, al pueblo de Alicún de Ortega para uso y disfrute deportivo de los jóvenes de la localidad. En el año 1.984, D. Manuel Vega Travesí, hizo una nueva donación de terrenos al pueblo de Alicún de Ortega, para la construcción de un nuevo grupo escolar, cesión que fue legalizada, junto a la habida anteriormente de los terrenos donde hoy se ubica el Campo de Deportes, en el Ayuntamiento de la localidad, siendo Secretario D. Francisco Gómez Rodriguez y Alcalde Presidente D. Antonio Espigares Collado. ¿Fue merecedor D. Manuel Vega Travesí, del sencillo homenaje que se le rindió el día 29 del pasado mes de Octubre? Categóricamente y a mi entender, fue un digno merecedor del mismo. Sepan Uds. algo mas de este buen hombre y gran persona, con respecto al pueblo de alicún: el aprovechamiento cinegético de su finca lo cedió a la Sociedad de Cazadores del pueblo. Cedió al ICONA (Instituto para la Conservación de la Naturaleza) cientos de hectáreas de terreno de monte y baldíos para la repoblación forestal de la zona, esto supuso gran cantidad de trabajo para las gentes del pueblo durante grandes temporadas. Yo soy partidario de que los homenajes de agradecimiento se hagan en vida, pero como ya dije antes: nunca es tarde si la dicha es buena. Sr. anónimo. espero haber dado respuesta a su reflexión. Un saludo.
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