Y ESTO ¿Qué?
El Govern de la Generalitat presidido por Quim Torra permitió espiar a alumnos y profesores de escuelas catalanas para comprobar si hablaban en castellano dentro de los centros educativos.
Así lo admitió ayer la Plataforma per la Llengua, una ONG volcada en la defensa de la inmersión lingüística -y fuertemente subvencionada por la Generalitat- que realizó una «observación de incógnito» en 50 colegios de Cataluña para estudiar los «comportamientos lingüísticos» de los escolares y sus docentes.
Según admitió ayer públicamente la propia entidad, varios de sus miembros acudieron a los colegios con el pretexto de realizar una «actividad lúdica» en el patio «que no tenía nada que ver con la lengua», cuando su intención real era tomar nota del idioma que profesores y alumnos utilizaban «espontáneamente» sin saber que en realidad estaban siendo investigados.
Tampoco conocían que los datos recabados iban a formar parte de un estudio que la Plataforma per la Llengua dio a conocer ayer y en el que denuncia que «el catalán sólo se habla en el 24% de los patios de escuelas e institutos catalanes» y que «el 27% de los profesores de Secundaria habla en castellano a los alumnos en el recreo». Una «situación anómala», sostiene la organización, que «no respeta la condición de lengua vehicular del catalán que marca Ley de Educación de Cataluña (LEC)».
La Plataforma per la Llengua reconoce que «los centros educativos no fueron informados de toda la realidad de la actividad» y que tampoco «fue posible informar a nadie del propósito de la investigación para evitar el riesgo de la fiabilidad de los datos». Sin embargo, durante la rueda de prensa en la que presentó su investigación, admitió que sí avisaron a la Consejería de Educación de la Generalitat del proyecto, sin que este fuera vetado en ningún caso por el titular de la cartera, el dirigente de ERCJosep Bargalló, ni en último término por el president Torra.
La entidad -también dedicada a delatar a los comercios que rotulan o etiquetan en castellano- se jacta de la «metodología de recogida de datos» empleada para elaborar su particular «estudio sociolingüístico en los patios de escuelas e institutos de zonas urbanas de Cataluña». Sostiene la organización que «el método más adecuado para conseguir una observación fidedigna es la observación de incógnito, que implica que los sujetos de estudio no saben que se observan sus comportamientos lingüísticos». «Si el sujeto de estudio es consciente de que se están observando sus hábitos lingüísticos, es muy probable que no actúe de manera natural», argumenta la Plataforma per la Llengua para defender su forma de proceder.
El miembro de la entidad se dirigía en inglés al profesor encargado de dirigir la actividad, bajo el pretexto de que no sabía hablar catalán ni castellano, y después observaba desde un rincón la lengua en la que el docente estudiado «daba las indicaciones a los alumnos». «La actividad estaba diseñada para que los alumnos se comunicaran entre ellos espontáneamente, para tratar de averiguar la lengua habitual de relación entre ellos durante el recreo», reconoce la Plataforma per la Llengua a lo largo de su estudio.
«Mientras tanto, el observador iba tomando nota de en qué lengua se producían las interacciones entre cada alumno y entre el profesor y los alumnos. Este procedimiento se repetía cinco veces hasta llegar a 15 alumnos y la misma dinámica fue replicada en cada uno de los 50 centros para recoger datos de forma sistemática», detalla la organización.
El presidente de la Plataforma per la Llengua, Òscar Escuder, defendió ayer su forma de actuar porque Cataluña se juega la «pervivencia de su lengua [la catalana]». «Estamos en una situación de emergencia lingüística», alegó para pedir una inmersión más estricta.
El Govern de la Generalitat presidido por Quim Torra permitió espiar a alumnos y profesores de escuelas catalanas para comprobar si hablaban en castellano dentro de los centros educativos.
Así lo admitió ayer la Plataforma per la Llengua, una ONG volcada en la defensa de la inmersión lingüística -y fuertemente subvencionada por la Generalitat- que realizó una «observación de incógnito» en 50 colegios de Cataluña para estudiar los «comportamientos lingüísticos» de los escolares y sus docentes.
Según admitió ayer públicamente la propia entidad, varios de sus miembros acudieron a los colegios con el pretexto de realizar una «actividad lúdica» en el patio «que no tenía nada que ver con la lengua», cuando su intención real era tomar nota del idioma que profesores y alumnos utilizaban «espontáneamente» sin saber que en realidad estaban siendo investigados.
Tampoco conocían que los datos recabados iban a formar parte de un estudio que la Plataforma per la Llengua dio a conocer ayer y en el que denuncia que «el catalán sólo se habla en el 24% de los patios de escuelas e institutos catalanes» y que «el 27% de los profesores de Secundaria habla en castellano a los alumnos en el recreo». Una «situación anómala», sostiene la organización, que «no respeta la condición de lengua vehicular del catalán que marca Ley de Educación de Cataluña (LEC)».
La Plataforma per la Llengua reconoce que «los centros educativos no fueron informados de toda la realidad de la actividad» y que tampoco «fue posible informar a nadie del propósito de la investigación para evitar el riesgo de la fiabilidad de los datos». Sin embargo, durante la rueda de prensa en la que presentó su investigación, admitió que sí avisaron a la Consejería de Educación de la Generalitat del proyecto, sin que este fuera vetado en ningún caso por el titular de la cartera, el dirigente de ERCJosep Bargalló, ni en último término por el president Torra.
La entidad -también dedicada a delatar a los comercios que rotulan o etiquetan en castellano- se jacta de la «metodología de recogida de datos» empleada para elaborar su particular «estudio sociolingüístico en los patios de escuelas e institutos de zonas urbanas de Cataluña». Sostiene la organización que «el método más adecuado para conseguir una observación fidedigna es la observación de incógnito, que implica que los sujetos de estudio no saben que se observan sus comportamientos lingüísticos». «Si el sujeto de estudio es consciente de que se están observando sus hábitos lingüísticos, es muy probable que no actúe de manera natural», argumenta la Plataforma per la Llengua para defender su forma de proceder.
El miembro de la entidad se dirigía en inglés al profesor encargado de dirigir la actividad, bajo el pretexto de que no sabía hablar catalán ni castellano, y después observaba desde un rincón la lengua en la que el docente estudiado «daba las indicaciones a los alumnos». «La actividad estaba diseñada para que los alumnos se comunicaran entre ellos espontáneamente, para tratar de averiguar la lengua habitual de relación entre ellos durante el recreo», reconoce la Plataforma per la Llengua a lo largo de su estudio.
«Mientras tanto, el observador iba tomando nota de en qué lengua se producían las interacciones entre cada alumno y entre el profesor y los alumnos. Este procedimiento se repetía cinco veces hasta llegar a 15 alumnos y la misma dinámica fue replicada en cada uno de los 50 centros para recoger datos de forma sistemática», detalla la organización.
El presidente de la Plataforma per la Llengua, Òscar Escuder, defendió ayer su forma de actuar porque Cataluña se juega la «pervivencia de su lengua [la catalana]». «Estamos en una situación de emergencia lingüística», alegó para pedir una inmersión más estricta.
Nazismo puro y duro. Pero algunos no lo quieren reconocer y cuando vengan a reconocerlo ya será demasiado tarde. Cuando llegue el cataclismo y sean todos perseguidos reflexionarán y se preguntarán! cómo, hemos llegado hasta aquí!