MUY SR. MÍO.....
Gracias por el envío del libro sobre la detención y muerte de Federico Garcia Lorca. Su recibo fue para mi una grata y agradable sorpresa.
Además de un admirador de su extensa obra, tanto como poeta, dramaturgo y prosista español, soy un empedernido lector y seguidor de la hermosa y prolífica (a pesar de su pronta desaparición), estela literaria de F. Garcia Lorca. Adscrito a la generación del 27, no en vano fue el poeta de mayor influencia y popularidad de la literatura española del siglo XX. Gracias nuevamente.
Esta novela, al no ser enrevesada y si de lectura sencilla, sus 487 páginas hicieron de mi sobremesa una amena y agradable velada. Me encantaron sus fuentes tan frescas como verdaderas y tan cercanas al autor que casi le habrán quemado las carnes. Entre página y página, el autor trata de llevar al lector, en cierto modo, como, por falta de decisión, Federico pudo haber sido salvado del odio, de la envidia y del instinto sanguinario que se respiraba en ciertos ambiente de Granada.... su Granada! Este autor, confiado y bien fiado, en sus fuentes, no podía ser para menos..... faltaría mas, cada vez que se va adentrando en aquello que tanta intriga despertaba en sus ávidas ganas de llegar a saber de primera mano que es lo que ocurrió antes del horrendo crimen, el mismo dice: ¡Por eso escribo esta novela!
Como Ud. imaginará, obran en mi biblioteca, libros, novelas y publicaciones de variada índole sobre la vida y obra de nuestro Federico, pero los varios incisos que este autor hace sobre lo ocurrido en el gobierno Civil, entre los hermanos Rosales y Ramón Ruiz Alonso (el obrero amaestrado), junto con el subgobernador Tte. Coronel Velasco Simarro, por ausencia del que era gobernador, comandante José Valdés, me han recordado a tantos amaestrados que aún hoy pululan por todas partes, y que por una palmadita en la espalda son capaces de vender hasta su propia madre. Hoy mismo me he quedado estupefacto al comprobar hasta donde puede llegar un tiralevítas.... y como dice el autor de la novela... por eso escribo aquí!
Gracias por el envío del libro sobre la detención y muerte de Federico Garcia Lorca. Su recibo fue para mi una grata y agradable sorpresa.
Además de un admirador de su extensa obra, tanto como poeta, dramaturgo y prosista español, soy un empedernido lector y seguidor de la hermosa y prolífica (a pesar de su pronta desaparición), estela literaria de F. Garcia Lorca. Adscrito a la generación del 27, no en vano fue el poeta de mayor influencia y popularidad de la literatura española del siglo XX. Gracias nuevamente.
Esta novela, al no ser enrevesada y si de lectura sencilla, sus 487 páginas hicieron de mi sobremesa una amena y agradable velada. Me encantaron sus fuentes tan frescas como verdaderas y tan cercanas al autor que casi le habrán quemado las carnes. Entre página y página, el autor trata de llevar al lector, en cierto modo, como, por falta de decisión, Federico pudo haber sido salvado del odio, de la envidia y del instinto sanguinario que se respiraba en ciertos ambiente de Granada.... su Granada! Este autor, confiado y bien fiado, en sus fuentes, no podía ser para menos..... faltaría mas, cada vez que se va adentrando en aquello que tanta intriga despertaba en sus ávidas ganas de llegar a saber de primera mano que es lo que ocurrió antes del horrendo crimen, el mismo dice: ¡Por eso escribo esta novela!
Como Ud. imaginará, obran en mi biblioteca, libros, novelas y publicaciones de variada índole sobre la vida y obra de nuestro Federico, pero los varios incisos que este autor hace sobre lo ocurrido en el gobierno Civil, entre los hermanos Rosales y Ramón Ruiz Alonso (el obrero amaestrado), junto con el subgobernador Tte. Coronel Velasco Simarro, por ausencia del que era gobernador, comandante José Valdés, me han recordado a tantos amaestrados que aún hoy pululan por todas partes, y que por una palmadita en la espalda son capaces de vender hasta su propia madre. Hoy mismo me he quedado estupefacto al comprobar hasta donde puede llegar un tiralevítas.... y como dice el autor de la novela... por eso escribo aquí!