BUENAS TARDES AMIGOS/AS DEL FORO......
Quisiera hacer una breve reseña sobre un hecho histórico de la Edad Media, siglo XIV, en el Al-Andalus, Reino de Granada, y mas concretamente en las cercanías de lo que hoy es Alicún de Ortega.
Reconociendo asentamientos prehistóricos, debido a infinidad de vestigios hallados, como he expuesto y comentado en anteriores publicaciones, creo conveniente no entrar en periodos y edades, pues si esta zona fue habitada en tiempos prehistóricos, no fue hasta la dominación romana cuando se empezó a tener datos escritos de su existencia (lease p. ej. Plinio el Viejo.. entre otros.
Dando un salto cuantitativo, tanto en el tiempo, como en la historia, quiero situarme en lo concerniente al hecho que enumero al principio sucedido en la Edad Media y muy relacionado con mi pueblo de Alicún.
No se puede y no se debe de transgredir la Historia con datos erróneos de fechas, nombres y lugares producto de la imaginación de quien los publica, al azar y sin fundamentos ni documentos que los avalen.
La batalla de Alicún o batalla de Wadi-Fortuna (nunca de Peñas Bermejas), su fecha mas aproximada fue en 1.316 (s. XIV). En la misma contendieron ejércitos del rey de Granada, Ismaíl I, al mando del general Ozmín, y el ejercito de socorro enviado por el rey de Castilla Alfonso XI, en ayuda del rey Nars de Granada, fundador de la dinastía nazarí y desterrado en Guadix por su sobrino Ismail.
Vencieron las tropas castellanas al mando de los infantes de Castilla D. Pedro de la Cerda y Meneses (nada de Ortega y Fernandez), hijo de Sancho IV de Castilla y María de Molina (Valladolid 1.290), y su tío D. Juan, llamado el de Tarifa, apodado el " Tuerto ". Estos infantes, parece ser que murieron ambos, unos años después, a raiz de las heridas sufridas en la batalla llamada " desastre de la vega de Granada ", ocurrido el año 1.329 en Pinos Puente.
En el ejercito de los infantes castellanos en la batalla de Alicún, se integraban las mesnadas aportadas por las órdenes militares de Calatrava, al mando del Maestre de la misma D. García Lopez de Padilla, la Orden de Alcántara, cuyo mando ostentaba el Maestre D. Rodrigo Vazquez de Quiroga, así como el ejercito aportado por el entonces Arzobispo de Sevilla, D. Fernando Gutierrez Tello.
La destrucción posterior del castillo o fortaleza de Alicún, fue debida a las ordenes dictadas por los Reyes Católicos en 1.498, sobre fortalezas y castillos del Reino de Granada, así como por la Contaduría General del Sueldo al considerar costoso su uso, otros castillos cercanos y mas lejanos corrieron la misma suerte (véase Archivo General de Simancas.. Legj. 184 pj. c. 1009), estas leyes y ordenanzas fueron llevadas a cabo con el máximo rigor por D. Gonzalo Jimenez de Cisneros (Cardenal Cisneros). regente del reino a la muerte de Isabel I de Castilla. Delos restos que quedaran se encargaron de su desaparición, la acción del hombre, la erosión y el tiempo.
Nota.- Los datos obrantes en el Archivo de la Catedral de Guadix, según algunas publicaciones, sobre ciertos hechos históricos relacionados con parte de la historia de Alicún, son totalmente erróneos y falsos, y dudo de que documentos históricos, sean de cualquier índole, obren en dicho Archivo Catedralicio sin comprobar antes su veracidad.
Con todo respeto hacia las personas, que de buena fe han hecho y hacen publicaciones sobre la historia de Alicún, he de decir que esos datos, en lo que se refiere a la batalla de Alicún, y concretamente el nombre del Infante D. Pedro, saltaron a la luz por primera vez en el pueblo, en el año 1.988. Siendo alcalde del pueblo de Alicún, D. Miguel Alvarez Jaspe (Q. E. P. D), fui contratado por el Ayuntamiento de su Presidencia para desempeñar el cargo de Secretario de la Alcaldía. En el verano de 1.988 fui encargado de configurar y preparar el programa de las fiestas patronales en honor de San Roque, donde además de los actos lúdicos se aportaran datos históricos del pueblo, pues nunca antes se había hecho (si no se ha extraviado el programa del archivo del Ayuntamiento, en el se puede comprobar la veracidad de lo que digo). Hice una pequeña reseña histórica de su nombre, estuve acertado en su etimología, pero no en el nombre del infante D. Pedro ni en el nombre de la citada batalla. No se si es que la prisa me acuciaba, que no investigué tales datos y al azar se me vino a la cabeza de que Alicún de Ortega debía su nombre a un capitán de los Reyes Católicos que se llamaba D. Pedro Ortega y Fernandez, nada mas lejos de la realidad, lo mismo ocurrió con el nombre de la batalla... como Peña Bermeja está frente al castillo de los moros, me dije pues ya está.. aquí tengo el nombre de la batalla. Todo fue producto de mi falta de investigación... y de la prisa por salir del paso!
Pero " hete aquí ", que con el tiempo, personas interesadas en la historia de Alicún solicitaron datos sobre la misma al Ayuntamiento, se les facilitaron los datos a periodistas y a interesados curiosos de la historia, y como casi nadie se ha interesado en investigar sobre la misma, personas ajenas a esta disciplina de Historia, están haciendo con su ignorancia, que se le de creencia a algo que nada tiene que ver con los verdaderos nombres y mucho menos con la verdadera Historia. A veces somos cómodos hasta para creer las cosas... pero claro... según quien las cuente!
Saludos.
Quisiera hacer una breve reseña sobre un hecho histórico de la Edad Media, siglo XIV, en el Al-Andalus, Reino de Granada, y mas concretamente en las cercanías de lo que hoy es Alicún de Ortega.
Reconociendo asentamientos prehistóricos, debido a infinidad de vestigios hallados, como he expuesto y comentado en anteriores publicaciones, creo conveniente no entrar en periodos y edades, pues si esta zona fue habitada en tiempos prehistóricos, no fue hasta la dominación romana cuando se empezó a tener datos escritos de su existencia (lease p. ej. Plinio el Viejo.. entre otros.
Dando un salto cuantitativo, tanto en el tiempo, como en la historia, quiero situarme en lo concerniente al hecho que enumero al principio sucedido en la Edad Media y muy relacionado con mi pueblo de Alicún.
No se puede y no se debe de transgredir la Historia con datos erróneos de fechas, nombres y lugares producto de la imaginación de quien los publica, al azar y sin fundamentos ni documentos que los avalen.
La batalla de Alicún o batalla de Wadi-Fortuna (nunca de Peñas Bermejas), su fecha mas aproximada fue en 1.316 (s. XIV). En la misma contendieron ejércitos del rey de Granada, Ismaíl I, al mando del general Ozmín, y el ejercito de socorro enviado por el rey de Castilla Alfonso XI, en ayuda del rey Nars de Granada, fundador de la dinastía nazarí y desterrado en Guadix por su sobrino Ismail.
Vencieron las tropas castellanas al mando de los infantes de Castilla D. Pedro de la Cerda y Meneses (nada de Ortega y Fernandez), hijo de Sancho IV de Castilla y María de Molina (Valladolid 1.290), y su tío D. Juan, llamado el de Tarifa, apodado el " Tuerto ". Estos infantes, parece ser que murieron ambos, unos años después, a raiz de las heridas sufridas en la batalla llamada " desastre de la vega de Granada ", ocurrido el año 1.329 en Pinos Puente.
En el ejercito de los infantes castellanos en la batalla de Alicún, se integraban las mesnadas aportadas por las órdenes militares de Calatrava, al mando del Maestre de la misma D. García Lopez de Padilla, la Orden de Alcántara, cuyo mando ostentaba el Maestre D. Rodrigo Vazquez de Quiroga, así como el ejercito aportado por el entonces Arzobispo de Sevilla, D. Fernando Gutierrez Tello.
La destrucción posterior del castillo o fortaleza de Alicún, fue debida a las ordenes dictadas por los Reyes Católicos en 1.498, sobre fortalezas y castillos del Reino de Granada, así como por la Contaduría General del Sueldo al considerar costoso su uso, otros castillos cercanos y mas lejanos corrieron la misma suerte (véase Archivo General de Simancas.. Legj. 184 pj. c. 1009), estas leyes y ordenanzas fueron llevadas a cabo con el máximo rigor por D. Gonzalo Jimenez de Cisneros (Cardenal Cisneros). regente del reino a la muerte de Isabel I de Castilla. Delos restos que quedaran se encargaron de su desaparición, la acción del hombre, la erosión y el tiempo.
Nota.- Los datos obrantes en el Archivo de la Catedral de Guadix, según algunas publicaciones, sobre ciertos hechos históricos relacionados con parte de la historia de Alicún, son totalmente erróneos y falsos, y dudo de que documentos históricos, sean de cualquier índole, obren en dicho Archivo Catedralicio sin comprobar antes su veracidad.
Con todo respeto hacia las personas, que de buena fe han hecho y hacen publicaciones sobre la historia de Alicún, he de decir que esos datos, en lo que se refiere a la batalla de Alicún, y concretamente el nombre del Infante D. Pedro, saltaron a la luz por primera vez en el pueblo, en el año 1.988. Siendo alcalde del pueblo de Alicún, D. Miguel Alvarez Jaspe (Q. E. P. D), fui contratado por el Ayuntamiento de su Presidencia para desempeñar el cargo de Secretario de la Alcaldía. En el verano de 1.988 fui encargado de configurar y preparar el programa de las fiestas patronales en honor de San Roque, donde además de los actos lúdicos se aportaran datos históricos del pueblo, pues nunca antes se había hecho (si no se ha extraviado el programa del archivo del Ayuntamiento, en el se puede comprobar la veracidad de lo que digo). Hice una pequeña reseña histórica de su nombre, estuve acertado en su etimología, pero no en el nombre del infante D. Pedro ni en el nombre de la citada batalla. No se si es que la prisa me acuciaba, que no investigué tales datos y al azar se me vino a la cabeza de que Alicún de Ortega debía su nombre a un capitán de los Reyes Católicos que se llamaba D. Pedro Ortega y Fernandez, nada mas lejos de la realidad, lo mismo ocurrió con el nombre de la batalla... como Peña Bermeja está frente al castillo de los moros, me dije pues ya está.. aquí tengo el nombre de la batalla. Todo fue producto de mi falta de investigación... y de la prisa por salir del paso!
Pero " hete aquí ", que con el tiempo, personas interesadas en la historia de Alicún solicitaron datos sobre la misma al Ayuntamiento, se les facilitaron los datos a periodistas y a interesados curiosos de la historia, y como casi nadie se ha interesado en investigar sobre la misma, personas ajenas a esta disciplina de Historia, están haciendo con su ignorancia, que se le de creencia a algo que nada tiene que ver con los verdaderos nombres y mucho menos con la verdadera Historia. A veces somos cómodos hasta para creer las cosas... pero claro... según quien las cuente!
Saludos.