Pepe se siente cariñoso y le dice a Manuela:
- Manuela, cada día estás más linda.
- Ay, no seas tan exagerado —dice ella, ruborizándose. - Bueno, cada dos días.
- Manuela, cada día estás más linda.
- Ay, no seas tan exagerado —dice ella, ruborizándose. - Bueno, cada dos días.