Manolo llega con el
médico:
Doctor, doctor, quiero que me castre.
¿Está seguro, señor?
Sí, sí, seguro, seguro, ahora mismo.
Al día siguiente operan a Manolo, y en horas de visita llega su mejor
amigo:
Oye, Manolo, ¿cómo te fue con la circuncisión?
! Esa era la palabrita, esa era...!