ara recibe una invitación de su prima Raquel para cenar en la casa de esta última. Antes de salir, le advierte a su esposo:
- Escucha, Samuel, estoy cansada de ir a cenar a la casa de mi prima Raquel, y que tú y Abraham se pasen toda la noche hablando de negocios.
- ¿No te gusta el tema de los negocios?
- ¡No, no, no! ¡Me tienes harta con tu charla de negocios! —le grita Sara—. ¡Si ta noche llegas a hablar de negocios, me voy de la cena, vengo a casa, armo la valija y desaparezco para siempre! Prométeme que no vas a hablar ni una palabra de negocios o no me ves más.
- Está bien, querida, no hablaré de negocios... ¿Estás conforme, ahora?
Ya en casa de Raquel, Samuel cumple su palabra y no toca el tema de los negocios para nada. Pero, se lo nota nervioso, como si no pudiera aguantar más hablar sobre ellos. A los postres, Samuel, no se puede contener y muy tímidamente, dice:
- Dime, Abraham... esteee... ¿Sabes algo de un libro muy bueno que me recomendaron que se llama... esteee... «Karamazov hermanos»...?
- Escucha, Samuel, estoy cansada de ir a cenar a la casa de mi prima Raquel, y que tú y Abraham se pasen toda la noche hablando de negocios.
- ¿No te gusta el tema de los negocios?
- ¡No, no, no! ¡Me tienes harta con tu charla de negocios! —le grita Sara—. ¡Si ta noche llegas a hablar de negocios, me voy de la cena, vengo a casa, armo la valija y desaparezco para siempre! Prométeme que no vas a hablar ni una palabra de negocios o no me ves más.
- Está bien, querida, no hablaré de negocios... ¿Estás conforme, ahora?
Ya en casa de Raquel, Samuel cumple su palabra y no toca el tema de los negocios para nada. Pero, se lo nota nervioso, como si no pudiera aguantar más hablar sobre ellos. A los postres, Samuel, no se puede contener y muy tímidamente, dice:
- Dime, Abraham... esteee... ¿Sabes algo de un libro muy bueno que me recomendaron que se llama... esteee... «Karamazov hermanos»...?