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Un "Saludo" muy especial, para todos los alomarteños que os encontrais lejos de nuestro pueblo. Esto lo escribí hace muchos años cuando me encontraba en las mismas circunstancias que vosotros.
"QUEJIO DE UN ALOMARTEÑO CUALQUIERA"
Más que un "quejio", es un grito de socorro en el silencio. Eso hay que vivirlo, solo lo saben los que nos encontramos o nos hemos encontrado alguna vez lejos de nuestro "pueblo". El día a día, el sufrimiento, esa persona que siempre lucha con el tiempo, contando o mejor dicho, descontando los días que faltan para regresar de nuevo al "pueblo".
En las fechas importantes, como nuestra "Función", "Navidad", la Merendica entre otras, sufre más, pone alas a su corazón y con su pensamiento desea estar con sus vecinos, con los amigos con los que jugaba de pequeño; pensando en esto, la nostalgia le invade y más que nunca le gustaria ser infante alomarteño nuevamente.
En ese exilio forzado por las circunstancias de la vida, se encuentra cerca de los suyos, de su familia, de los que más quiere; es lo único que le ayuda a seguir adelante, pero le falta algo que le llena de inquietud. No es feliz del todo, aunque se cosuela dando rienda suelta a su imaginación que frecuentemente lo traslada con su familia al "pueblo". ¡QUE POCO CUESTA SOÑAR! piensa, pero sufre porque hay que despertar, y de nuevo aparecen los recuerdos, la nostalgia y la distancia de por medio.
¡Sigue luchando alomarteño!
¡No te rindas si estas lejos!
¡Vuelve de nuevo a tu pueblo!
¡Adelante no abandones, que igual lo consigues luego!
No te pase como algunos, que mueren lejos del pueblo
gritando en su agonia. "Nunca yo debí salir del pueblo de mi vida".
UN ABRAZO PARA TODOS.-
"QUEJIO DE UN ALOMARTEÑO CUALQUIERA"
Más que un "quejio", es un grito de socorro en el silencio. Eso hay que vivirlo, solo lo saben los que nos encontramos o nos hemos encontrado alguna vez lejos de nuestro "pueblo". El día a día, el sufrimiento, esa persona que siempre lucha con el tiempo, contando o mejor dicho, descontando los días que faltan para regresar de nuevo al "pueblo".
En las fechas importantes, como nuestra "Función", "Navidad", la Merendica entre otras, sufre más, pone alas a su corazón y con su pensamiento desea estar con sus vecinos, con los amigos con los que jugaba de pequeño; pensando en esto, la nostalgia le invade y más que nunca le gustaria ser infante alomarteño nuevamente.
En ese exilio forzado por las circunstancias de la vida, se encuentra cerca de los suyos, de su familia, de los que más quiere; es lo único que le ayuda a seguir adelante, pero le falta algo que le llena de inquietud. No es feliz del todo, aunque se cosuela dando rienda suelta a su imaginación que frecuentemente lo traslada con su familia al "pueblo". ¡QUE POCO CUESTA SOÑAR! piensa, pero sufre porque hay que despertar, y de nuevo aparecen los recuerdos, la nostalgia y la distancia de por medio.
¡Sigue luchando alomarteño!
¡No te rindas si estas lejos!
¡Vuelve de nuevo a tu pueblo!
¡Adelante no abandones, que igual lo consigues luego!
No te pase como algunos, que mueren lejos del pueblo
gritando en su agonia. "Nunca yo debí salir del pueblo de mi vida".
UN ABRAZO PARA TODOS.-