Caminando por el campo, un alomarteño se encontró un objeto que le resultó extraño, por lo que comenzó a quitarle el barro y demás suciedad que tenia incrustado, mientras lo limpiaba, pensó que, bien pudiera ser una lámpara de Aladino por la similitud que presentaba aquel extraño objeto, y cuál fue su sorpresa, cuando del interior del mismo salió “Aladino”.
El alomarteño, le preguntó, ¿me concederás TRES deseos? ¡NO! Le contestó este, yo soy el Aladino catalán y solamente concedo uno y que no sea muy difícil.
El alomarteño, le dijo. ¡Tengo familia en Palma de Mallorca a la que hace mucho tiempo que no he visto y como tengo “fobia” al avión y al barco, te pido, que me concedas una carretera para poder ir a verlos en coche!
El Aladino, con cara de asombro y muy enfadado, le dice. ¡Te he dicho, que solo concedo un deseo y que no sea difícil! ¿Tú estás loco? ¿Tú sabes la barbaridad que me has pedido? ¡Pídeme otro, porque ese es muy difícil y no te lo concedo!
El alomarteño, un poco contrariado, le dice. ¡Entonces, quiero que me concedas el “poder” para comprender y entender a la gente de Alomartes!
El Aladino, sin pensárselo dos veces, le dice. ¿Con cuantos carriles quieres la carretera?
El alomarteño, le preguntó, ¿me concederás TRES deseos? ¡NO! Le contestó este, yo soy el Aladino catalán y solamente concedo uno y que no sea muy difícil.
El alomarteño, le dijo. ¡Tengo familia en Palma de Mallorca a la que hace mucho tiempo que no he visto y como tengo “fobia” al avión y al barco, te pido, que me concedas una carretera para poder ir a verlos en coche!
El Aladino, con cara de asombro y muy enfadado, le dice. ¡Te he dicho, que solo concedo un deseo y que no sea difícil! ¿Tú estás loco? ¿Tú sabes la barbaridad que me has pedido? ¡Pídeme otro, porque ese es muy difícil y no te lo concedo!
El alomarteño, un poco contrariado, le dice. ¡Entonces, quiero que me concedas el “poder” para comprender y entender a la gente de Alomartes!
El Aladino, sin pensárselo dos veces, le dice. ¿Con cuantos carriles quieres la carretera?