No te imaginas la ilusión que me ha hecho saber de ti despues de tantísimo tiempo, si eres más o menos de mi edad, tu tenías 12 años cuando marchaste a Nueva York, fué el año del terremoto. Recuerdo que una vez vino, creo que era tu abuelo, y tu me enseñaste una maquinilla eléctrica de afeitar que trajo, que aquí aún no existían.
Yo, como no me gustaba estudiar, cuando tenía 17 años, me vine a trabajar a
Barcelona y cuando vi lo que costaba un peine reemprendí los estudios y saqué el título de
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