¡HOLA PEPE! He leido tu escrito, y como ves, te respondo de inmediato.
Durante todo el tiempo de vida laboral estas tan ocupado con el trabajo, la familia, la hipoteca, etc., que apenas tienes tiempo de pensar en tus orígenes, pero cuando te jubilas es cuando te viene la morriña y añoras tus vivencias de la infancia, tu familia que quedó, a tus amigos, los recreos en la escuela mordisqueando membrillos, las campanas doblando a muerto, los segadores en la época de siega, la trilla en las eras, los carros de buelles, las reatas de burros, los canteros en la sierra, el cabrero repartiendo la leche, etc, etc.
Este verano fui unos días a Atarfe con mi mujer y mi nieto mayor para enseñarle a este el pueblo de su abuelo, visitar Granada y sus monumentos y que conociera su familia de allá. La verdad es que la visita fué maravillosa, pero también es verdad que el Atarfe de ahora no es el nuestro, ha crecido enormemente, está lleno de monumentos, plaza de toros cubierta, polideportivo de superlujo, grandes parques, un teatro maravilloso, etc., pero yo daría cualquier cosa por ver el Atarfe que me vió nacer, con sus calles de tierra, el terrizo, el tranvia, el moles repartiendo el hielo con la motocarro, la triana haciendo churros, el quiosco de la chinita, el cine de Benitez, etc.
Un fuerte abrazo de Guillermo
Durante todo el tiempo de vida laboral estas tan ocupado con el trabajo, la familia, la hipoteca, etc., que apenas tienes tiempo de pensar en tus orígenes, pero cuando te jubilas es cuando te viene la morriña y añoras tus vivencias de la infancia, tu familia que quedó, a tus amigos, los recreos en la escuela mordisqueando membrillos, las campanas doblando a muerto, los segadores en la época de siega, la trilla en las eras, los carros de buelles, las reatas de burros, los canteros en la sierra, el cabrero repartiendo la leche, etc, etc.
Este verano fui unos días a Atarfe con mi mujer y mi nieto mayor para enseñarle a este el pueblo de su abuelo, visitar Granada y sus monumentos y que conociera su familia de allá. La verdad es que la visita fué maravillosa, pero también es verdad que el Atarfe de ahora no es el nuestro, ha crecido enormemente, está lleno de monumentos, plaza de toros cubierta, polideportivo de superlujo, grandes parques, un teatro maravilloso, etc., pero yo daría cualquier cosa por ver el Atarfe que me vió nacer, con sus calles de tierra, el terrizo, el tranvia, el moles repartiendo el hielo con la motocarro, la triana haciendo churros, el quiosco de la chinita, el cine de Benitez, etc.
Un fuerte abrazo de Guillermo