Por aquel entonces no teníamos, plaza, pero reunidos todos hacíamos más que plaza. La unión de los vecinos llegó a una amistad, hermosa, dónde la humanidad se vivía, todos nos volcábamos ara ayudar a quienes lo necesitaban. En las noches de frío invierno, aquellas reuniones, dónde los churros el chocolate y el buen humor (Y, la no televisión) nos hacían más hermanos, más felices. Los jóvenes no vivíamos por este o aquel vestido, pero siempre mirando las marcas. Hoy demasiada tontería, la infelicidad ... (ver texto completo)