Esto era solo una pequeña vereda, llegaba al puente de la carretera de Bacor, lo que servidora ha gozado, viendo aquellos campos sembrados de trigo, pleno de amapolas, con la borrica del tío Pedro (El entonces alcalde) a la que decían que estaba loca, algo locuela si que era, pero no tanto como decían, la monté, me intentó tirar, recuerdo como si lo estuviera viviendo, u día que mi madre me envió a comprar huevos a un cortijo, llevaba mi canastilla, llevaba el dinero, de pronto vio dos mujeres a...