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Mi huerto, porque fue idea mia, empecé a cavar, aquella tierra dura estaba, a lo lejos había visto un tractor que iba hacia José el Herrero, ni corta ni perezosa, me fui y como con todo el mundo me llevaba bien, le pedí que si podía levantarme la tierra pagándole lo que el tuviera a bien. Amable fue, y mi huerto ya estaba encarrilado, entre Manolo y servidora, nos pusimos a la tarea y vaya que sirvió, hortalizas, melones, tomates, con un buen cañizo, me sentía como casi siempre feliz por todo lo aprendido y lo mucho que me quedaba por aprender, pocos secretos tiene para servidora el cultivo, si había que segar a por la hoz, no se me caía, ni se me ha caído de mi mano el único y amado anillo, aquel que me puso mi AMOR un 15 de octubre de 1965, es tan fuerte, tan inmenso como nuestro amor, mira que le he dado batalla, he trabajado duro, fregar, limpiar, técnica hasta de lavadoras, que perdía agua, a desmontar y a ver por donde la misma salía, cuando se rompía el eje del tambor, a la basura y otra nueva, aunque he de decir, que me sigue gustando la pila, quisierón quitarla durante la reforma de la casa y aún en mi estado, saber que puedo disponer de ella, vaya si me consuela, lo de meter la ropa blanca en jabón menuda herencia, solo me falta el muelle para solearla, no me puedo quejar, cuando quede así me compró mi hijo la secadora, lavadora debajo, seca dora encima, aún así en verano tengo mi particular tendedero, cuando mi hijo llega cuelga la ropa, a mí me cuesta, no quiero darle más trabajo, ni tenerlo, ni ir al hospital, desde que por desidia mi amado se fue con el buen Jesús, siento que es mejor mitigar el dolor, sin ir al maldito hospital, solo cuando pierdo el conocimiento, cuando tengo algún disgusto, no soy yo la que va, no me entero, me llevan. Ahora tengo un gran médico, no es ningún canalla, y una médica de cabecera que es un sol, su humanidad, hace que con solo verla me sienta mejor, vamos es como si viviera cerca de Don Miguel, de Don Eloy... Han habido muchos canallas, mas hoy puedo decir que en muy buenas manos estoy, mi gran hijo, mateo siempre a mi lado, mi médica de cabecera y un especialista que es un señor que rebosa humanidad, al que le hemos caído bien, por que como bien dice, lo que se me ha hecho tiene cadena perpetua. Fuera penas y a vivir, ahora a leer un poco más y dormir hasta que Dios quiera. Tenemos de nuevo lluvias, nada novedoso, me gusta ver el sol, vivir donde vivo, por que no tengo vecinos que molesten, mirones, por los cuatro costados, despejado, bien lo tuvo en cuenta quien más me AMA y al que más AMO. Baúl, nos dejó una hermosa huella. Abrazos para TODOS. Teresa