Esta sería la casa para alquilar, y, de ser más joven la compraría, tengo hasta un plano para reformar, siempre habrá alguna persona que quiera estar cuidándome, y nunca por un sueldo miserable, si alguna cualidad tengo es la de no ser roñosa, al contrario, sin tener nada, doy a quien peor que yo están. Espero que esto esté listo para septiembre, un buen mes para viajar servidora. Poder pasear por donde los dos solíamos, lo que si deseo con toda mi Alma es irme con él, abrazarnos eternamente. Abrazos a todos los bauleños de buena fe. Os quiero. ¡Loli, cuídate!
Cuando se puso a la venta la Estación de Baúl, estuve viendo la posibilidad de comprarla, pero en aquéllos tiempos no tenía una cierta estabilidad financiera y tuve que desistir.
¡Qué pena!
¡Qué pena!
Y, tú también, Robert, y eso que no viviste como servidora doce años enteros, para nosotros dos, mi amado y yo, tiene prioridad, y, mira que padeció (Venia padeciendo desde los cinco años) cada día me decía: gracias a tu amor, me he salvado, no había día que no me lo recordara, de llegar amargamente a encontrar alguien, que le amase por encima de todo y de todos. Baúl tenía ese embrujo, aunque hoy amigas mías, me dicen que ya no es igual, que aquel Baúl, se acabó, con decir, lo que dijimos cuando nos vinimos a Mallorca, declarando la república de nuestra casa, todo lo demás, ni escucharlo (Son pocos los amigos que allí tenemos, pero su calidad humana es especial) sufro al saber que mi gran amiga, Loli esté enferma, y además sin la libertad que tanto amaba, son muchos los días en que cuando la recuerdo, lagrimas caen de mis ojos, mejor, no habernos comunicado. Si, les pediría a sus hijos, que velen por el derecho a ser libre de su madre, sin libertad, mi querida amiga, mucho me temo que irse a las alturas, no le importaría nada. Hacedlo por favor, no se merece vuestra madre el vivir bajo el chantaje de nadie. Te Quiero muchísimo, Loli, no lo olvides, nunca, si tengo más ganas de ir, allá por septiembre (ahora salir es para mí un calvario) el sábado anterior al pasado, fui a la óptica, tenía que graduarme la vista, mas arreglar una de los dos pares de gafas, limpiándolas, como son las que llevo día tras día, las otras, como los labios, el único maquillaje que me suelo poner cuando salgo, no se llegaron a romper, pero si se despegaron, la parte de la curvatura de la nariz, me quede con las dos mitades en ambas manos, sin gafas, ni respirar, los libros forman una parte muy importante de mi vida, libros y música, los hay según como tengas el ánimo; como te iba diciendo, Robert, cuando volví era un pingajo, que para medio recupérame necesito como mínimo 48 h. Hasta siempre a todos, os quiere. Teresa