Tenia un ojo a la birule, habia ido a segar alfalfa en bicicleta, tenia ya la alpaca hecha, encganche las tiras de goma en cuyos terminales van dos ganchos, se ve que uno no lo puse del todo bien, que me salto, quedandome un solo instante groguis, desde ese día tengo una telilla en el ojo derecho, antes ni la notaba, pero amigos, los años y tanto leer pasan factura, me los cuido y con mis gafas casi invisibles (Nada de modas) solo aquello con lo que me siento segura es lo que me pongo, me sucede lo mismo con todas las modas, si no me gustaba llevar aquellos pantalones de pierna de elefante, los que no me puse, lo sentí por mí madre, pero ella ya me conocia, tenia de todo, para que comprar algo tan horroso, y, hoy de nuevo a la palestra, aquellos pantalones un día los llevo mi amado a una institución que se dedicaba a recoger de todo para los más necesitados, cuando los veo que hoy si que aceptan lo que un día dijerón ¡Que cosa más fea y cutre! Hoy me los piden, falta personalidad, tanta como humanidad.
Roberto, mi padre se fue poco después que tu madre, ahora van hacer once años, el 20 de abril del 2000. Queria vivir y fue por su propio pie a morir, no sabemos que tal lo hubíera pasado de haber durado algunos años más, ese tener que llevar atado al cuerpo la dichosa bolsa, no le hacia, ni hace gracia a nadie, Dios sabrá por que lo hizo, estoy segura, que para que no padeciera, mi madre, se me fue cuando mejor estaba de sus nervios, se fue tan joven, recien cumplidos los 62 hoy una persona con esa edad, nos consideramos jóvenes por que así nos sentimos, a pesar de mi invalidez, mi cabeza está en plenitud, de no haber tenido el accidente, estaría jugando de tanto en tanto al baloncesto, dando algún que otro chupinazo al balón, nadie cree que tengo esa edad, no hay arrugas, no estoy bochinche, nunca fui una modelo, pero si que soy la reina en el corazón del ser al que más amo. Nada de potingues, no hay mejor maquillaje, que un buen chorro de agua fresca, una buena comida (Pena, penita pena, la fruta ya no tiene sabor, ni jugo) aproveche muy bien los años que vivi en ese pueblo, donde aún teniamos la mejor de las vegas, los mejores pollos, los huevos con patatas fritas, esos que hoy no tienen color, ni mucho menos el sabor, de los que comiamos antes, la fruta, junto a la leche han sido los alimentos que me han hecho ser una persona con una osamenta fenomenal, de no haber sido así, no me bajan viva del Bus. Como es muy tarde, cuando estoy leyendo pierdo la noción del tiempo, Bendito aquel que trazo el primer rayajo. Robert y bauleños todos, desde una noche veraniega, sin calor abochornante, pasito, a pasito, con mi taka-taka, voy para a delante, podría ser para Alicante, (Hoy Alacant) ¡Dios, que hermoso es el conocimiento y cuan escaso está! Abrazos, y hasta pronto. Teresa
Roberto, mi padre se fue poco después que tu madre, ahora van hacer once años, el 20 de abril del 2000. Queria vivir y fue por su propio pie a morir, no sabemos que tal lo hubíera pasado de haber durado algunos años más, ese tener que llevar atado al cuerpo la dichosa bolsa, no le hacia, ni hace gracia a nadie, Dios sabrá por que lo hizo, estoy segura, que para que no padeciera, mi madre, se me fue cuando mejor estaba de sus nervios, se fue tan joven, recien cumplidos los 62 hoy una persona con esa edad, nos consideramos jóvenes por que así nos sentimos, a pesar de mi invalidez, mi cabeza está en plenitud, de no haber tenido el accidente, estaría jugando de tanto en tanto al baloncesto, dando algún que otro chupinazo al balón, nadie cree que tengo esa edad, no hay arrugas, no estoy bochinche, nunca fui una modelo, pero si que soy la reina en el corazón del ser al que más amo. Nada de potingues, no hay mejor maquillaje, que un buen chorro de agua fresca, una buena comida (Pena, penita pena, la fruta ya no tiene sabor, ni jugo) aproveche muy bien los años que vivi en ese pueblo, donde aún teniamos la mejor de las vegas, los mejores pollos, los huevos con patatas fritas, esos que hoy no tienen color, ni mucho menos el sabor, de los que comiamos antes, la fruta, junto a la leche han sido los alimentos que me han hecho ser una persona con una osamenta fenomenal, de no haber sido así, no me bajan viva del Bus. Como es muy tarde, cuando estoy leyendo pierdo la noción del tiempo, Bendito aquel que trazo el primer rayajo. Robert y bauleños todos, desde una noche veraniega, sin calor abochornante, pasito, a pasito, con mi taka-taka, voy para a delante, podría ser para Alicante, (Hoy Alacant) ¡Dios, que hermoso es el conocimiento y cuan escaso está! Abrazos, y hasta pronto. Teresa
La verdad es que sí; los papis deberían durar eternamente.
Mi mami también se fue muy joven, con 66 años, cuando ya se podía dedicar a diusfrutar de la vida con cierta holgura, pues mi hermano ya llevaba fuera de mi casa desde los 14 años y con sus cuadros se buscaba la vida bien, y un servidor también estaba bien situado, por lo que ya ambos no éramos una carga para mi casa, ni económica ni presencial, pero hete aquí que cuando el de arriba te llama no hay manera de hacerle esperar. Justo un poco antes de que nos enteráramos de la enfermedad terminal de mi mami, ya tenía pensado casarme y estábamos en los preparativos, pero ante lo que se nos avecinaba decidimos posponerlo; mi mami nos conminaba a que no los pospusiéramos, y nosotros le decíamos que tranquila, que después de tantos años (me casé con 42) qué más nos daba unas semanas más o menos. Por desgracia, sabíamos el resultado y éste se acercaba a pasos agigantados, y así el día de San Juan, el 24 de junio, del año 1999 mi mami nos abandonó.
Sé que tiene que estar muy cerquita de Dios porque fue una mujer muy buena en el más extenso sentido de la palabra y seguro que desde allí vela por nosotros.
Bueno, ya está bien del rato de nostalgia. Por cierto, que esos huevos y esas papas que mencionas, cierro los ojos y como si los estuviera viendo; y el pan que teníamos en El Baúl, ¿te acuerdas? Me doblaba las barras de merienda y recuerdo que mi tía Mari siempre me preguntaba que si me iba a caber, y yo cogía la barra, me la ponía sobre el estómago y le decía "sí cabe tita". Ella con su eterna sonrisa me la rellenaba de lo que encartara... y un sobrino despachado y feliz.
Teresa, ¿tienes cuenta en Facebook? Te lo digo porque por ahí también podríamos contactar.
Ya me dirás algo.
Un abrazo y a seguir viviendo con esa vitalidad que siempre tuviste.
Mi mami también se fue muy joven, con 66 años, cuando ya se podía dedicar a diusfrutar de la vida con cierta holgura, pues mi hermano ya llevaba fuera de mi casa desde los 14 años y con sus cuadros se buscaba la vida bien, y un servidor también estaba bien situado, por lo que ya ambos no éramos una carga para mi casa, ni económica ni presencial, pero hete aquí que cuando el de arriba te llama no hay manera de hacerle esperar. Justo un poco antes de que nos enteráramos de la enfermedad terminal de mi mami, ya tenía pensado casarme y estábamos en los preparativos, pero ante lo que se nos avecinaba decidimos posponerlo; mi mami nos conminaba a que no los pospusiéramos, y nosotros le decíamos que tranquila, que después de tantos años (me casé con 42) qué más nos daba unas semanas más o menos. Por desgracia, sabíamos el resultado y éste se acercaba a pasos agigantados, y así el día de San Juan, el 24 de junio, del año 1999 mi mami nos abandonó.
Sé que tiene que estar muy cerquita de Dios porque fue una mujer muy buena en el más extenso sentido de la palabra y seguro que desde allí vela por nosotros.
Bueno, ya está bien del rato de nostalgia. Por cierto, que esos huevos y esas papas que mencionas, cierro los ojos y como si los estuviera viendo; y el pan que teníamos en El Baúl, ¿te acuerdas? Me doblaba las barras de merienda y recuerdo que mi tía Mari siempre me preguntaba que si me iba a caber, y yo cogía la barra, me la ponía sobre el estómago y le decía "sí cabe tita". Ella con su eterna sonrisa me la rellenaba de lo que encartara... y un sobrino despachado y feliz.
Teresa, ¿tienes cuenta en Facebook? Te lo digo porque por ahí también podríamos contactar.
Ya me dirás algo.
Un abrazo y a seguir viviendo con esa vitalidad que siempre tuviste.