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BAUL: Para Montse, esta anécdota. He leído tu comentario...

Para Montse, esta anécdota. He leído tu comentario y me he acordado de una anécdota de tu madre. Venía de Murcia de un Congreso. Me acompañaba mi señora. Por una querencia especial quise visitar Baúl para visitar a Antoñita, la de Prudencio, Gloria la del Aceitero, antigua amiga de la Escuela de Los Balcones, Ángel el de Ginés y otros paisanos. Al salir de la carretera me encontré con Torcuato que conducía no un coche, sino un ganado de cabras y corderos. Me bajé del coche, le pregunté si me vendía un "cordero". Me dijo que sí. Le pedí si me lo mataba. También me dijo que sí, cosa rara en los pastores, que en una hora estaría. Era domingo. Necesitaba que me lo descuartizara para poder llevarlo en el coche hasta Sevilla ¿Y sabes a quien acudió para descuartizarlo? A tu madre. Mujer encantadora, abrió la carnicería, me lo descuartizó y, además nos invitó a comer cabrito con otros familiares. Después, mi señora y yo, nos marchamos para Sevilla, con el cordero de 14 kilos, descuartizado por tu madre con la maquinaria de su carnicería. ¡Inolvidable tu madre y el "cabrero"!. Un recuerdo especial para tu madre, encantadora de verdad. Me llamo Francisco, hijo de Julia y Frasquito de Los Balcones y sobrino de Manuel y Amelia de Baúl, quienes tenían la tienda y la panadería, que hace esquina, próxima a la estación del tren.