ERA UNA VEZ UN PERRO LLAMADO BOSQUE: Siendo muy pequeño, íbamos por encima del huerto del Cura, en una torca, bastante superficial, otro niño y yo, nos encontramos unos cachorros de una raza vulgar, con ilusión, los cogimos, uno era canela alazano, el otro con lunares blancos, en casa no les querían, pero nosotros con ese instinto a proteger, que inspira a todo niño, en un almiar de paja, que había en la era, le hicimos un refugio, entre las gavillas de paja de rastrojo, los animales encantados, le preparábamos con leche americana sus tomas y, los cachorros crecieron sin problemas. Cuando eran más grandes, ya a todos, les hacía más gracia, y lo dejaron entrar en casa, ya todo era gracias del perro, incluso llegó acoger un ranzal de una mula espantada. Pero un fatal día, un camionero con un arranque de mal sentimiento, lo atropelló, el mísero camionero ni se inmutó, en un agudo aullido y con las entrañas fuera, quedó en medio de la carretera. Yo me sentí triste durante mucho tiempo, esto pasó en la Cuesta del Moral, ahora cuando paso, me acuerdo de mi perro que un día muy lejano un velo pequeño nubló el ojo de mi pobre Bosque asesinado. A.R.