Los primeros restos arqueológicos hallados son del Neolítico, y fueron importantes con el desarrollo de las culturas argárica e ibérica, como atestiguan restos arqueológicos hallados en sus alrededores. Posteriormente, durante el Imperio
Romano se convirtió en un Pagus Minor en la orilla de la
Vía Hercúlea y cuenta la
tradición que fue visitada por varones apostólicos encabezados por
San Torcuato que fue martirizado y enterrado en lo que después se conoció como la
Ermita Sepulcro. Crónicas mozárabes y árabes hablan de peregrinaciones a ese lugar durante los primeros dias de mayo, aunque se asegura que ya ocurría en el siglo I de nuestra era. Con los árabes recibe el nombre de Ben-Allah (
casa de Dios) o Ben-al-Guad (Junta de los
ríos), de donde se deriva el actual. Era entonces un conjunto de
cuevas, castilletes y
caseríos muy dispersos que defendían la entrada de
Guadix contra el hostigamiento de las tropas de Cazorla. Después de la conquista cristiana se convierte en una simple cortijada y en 1818, con la disolución de los señoríos, adquiere jurisdicción propia y ve potenciada su economía con la llegada del ferrocarril a finales del siglo XIX y la construcción, ya en el XX, de la azucarera Nuestra Señora del Carmen.