Ahumada en la distancia yo te apoyo con respecto a la mimbre, dónde fue a parar ese gran arbol que desde años nos miraba impasible dia tras día, año tras año , sin decir nada, solo mecía sus ramas con el viento, se encogía con la lluvia y tiritaba con el frío, permaneciía ahí callado, quieto, inmóvil, viendo los días pasar buenos, malos. Ahí quedaba quieto, noble, y aceptando su destino, sin saber que un día una mano asesina lo iba a arrastrar a una muerte injusta y al fin de su existencia.