El dia que se deje de cultivar esta vega tan preciosa, que no se vea el fluir del agua por las acequias encajonada entre sus mimbreras y chopos; el dia que no se vea un alma cavar su tierra heredada..., se habrán retirado los pájaros, se dejará de oir el trino del ruiseñor por el teclear de un ordenador; y e fin se acabará con la IDIOSINCRASIA DE NUESTRO QUERIDO PUEBLO.
Juventud, eterna Juventud ¡cuanta falta me haces!
Juventud, eterna Juventud ¡cuanta falta me haces!