La primera vez que yo fui a Cañar junto con dos amigos en bicicleta sus ´"simpáticos" habitantes no tuvieron otra cosa que hacer que apedrearnos, pero iban a matar, a que nos cayéramos por el barranco, desde aquí hago un llamamiento: forasteros, no visiteis Cáñar, si no quereis correr peligro de muerte. Y a los cañaretes ya os vale, estamos en el Siglo XXI ¿sabeis?. Lo que digo es totalmente cierto y lo podemos constatar.